Gran Barrera de Coral

Cómo los drones monitorizan la Gran Barrera de Coral

Un equipo de expertos ha empezado a usar drones para vigilar la Gran Barrera de Coral, algo que hasta ahora solo se hacía con medios aéreos convencionales.

El mayor arrecife coralino del mundo se extiende a lo largo de unos 2.600 kilómetros ante la costa noreste de Australia. Su tamaño es tan vasto que las cifras se confunden. Se habla de más de 2.000 arrecifes individuales, aunque también se llega a decir que hay en torno a 3.000. Las estructuras de coral formarían casi 1.000 islas, un terreno difícil de abarcar. Pero cuya monitorización es primordial si se quiere evitar su deterioro.

Y para vigilar esta enorme extensión de colonias pétreas se utilizan medios aéreos. Hasta ahora se han empleado medios convencionales, como avionetas , para realizar fotografías de los corales. Toda la información obtenida se analiza posteriormente para conocer el estado de esta maravilla de la naturaleza.

Para mejorar el proceso de obtención de información, un equipo de la Queensland University of Technology ha puesto en marcha un proyecto para usar drones en lugar de medios aéreos convencionales.

Los drones están equipados con cámaras hiperespectrales (que registran todo el espectro electromagnético) para recoger imágenes lo más precisas posibles. Así se pueden determinar los niveles de decoloración del coral, que indican su deterioro.

Los drones tienen dos ventajas respecto a los medios aéreos convencionales. Por un lado, pueden volar por debajo de las nubes. Así, cuando el cielo no esté despejado, los investigadores podrían seguir haciendo su trabajo. Pero además son más baratos que fletar una avioneta, con lo que se pueden utilizar más recursos para el estudio. En lugar de tener un medio aéreo en el aire se puede lanzar un puñado de drones a sacar fotografías.

De momento el proyecto solo se ha puesto en marcha como prueba. Y es que hay matices que pulir aún. Por eso los científicos responsables de la iniciativa usan algo más que drones en sus trabajos.

La inteligencia artificial es otra de las patas del proyecto. En este caso sirve para analizar automáticamente la información obtenida por los drones. Una vez obtenidos estos datos, los científicos tratan de optimizarlos al máximo.

El objetivo de detectar el blanqueamiento o decoloración de la Gran Barrera de Coral. Y para eso, las imágenes obtenidas se etiquetan, de forma que cada coral tiene su propia etiqueta individual. La idea es observar la evolución de cada pieza clasificada en el tiempo. La clave está en que el algoritmo de inteligencia artificial aprenda a distinguir cada unidad de las demás.

Imágenes: ahisgett

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