La cantidad estímulos a los que estamos expuestos hoy en día está haciendo que dividamos nuestra atención y cada vez nos cuesta más centrarla en una sola tarea.
El intervalo de atención es el lapso de tiempo en el que una persona puede estar concentrada en una tarea concreta, sin que se la distraiga de ella. Se trata de un factor básico en el aprendizaje, pues cuanto mayor nivel de atención sea capaz de desplegar un individuo respecto a una tarea, más facilidad tendrá para llevarla a cabo independientemente de sus otras facultades que entren en juego. Sin embargo, en los últimos años nuestra capacidad de concentración está disminuyendo.
En un estudio que Microsoft llevó a cabo el pasado año se estimó que el intervalo de atención de las personas ha pasado de 12 segundos, en el año 2000, a 8 segundos en un periodo de solo 15 años. El mismo estudio apuntaba que el intervalo de atención de una carpa dorada es de 9 segundos.
Son datos sorprendentes, especialmente por la comparación con este pez rojizo. Pero lo cierto es que la sobreabundancia de estímulos a los que estamos expuestos muchas veces nos incita a dividir nuestra atención entre varias tareas en lugar de una sola.
Los resultados obtenidos por Microsoft sobre el intervalo de atención no son compartidos por todos. Desde el portal Genetic Literacy Project indicaban que en realidad el trabajo no medía de forma precisa el intervalo de atención y que el estudio se dirigía principalmente a los anunciantes, un grupo que tiene unos intereses muy específicos en definir cuál es la atención de las personas.
En todo caso, en los últimos años es una práctica generalizada realizar varias tareas al mismo tiempo. Antes se veía solo la televisión y ahora es habitual que los espectadores tengan su smartphone a mano y le echen alguna mirada de vez en cuando. Tanto es así que los programas televisivos ya han asumido el fenómeno que llaman ‘social TV’ y tratan de incentivar a los espectadores para que hablen de lo que están viendo.
Lo que parece claro es que el llamado ‘multitasking’ se está imponiendo. Y no se trata de hacer dos o tres cosas a la vez, con el mismo grado de atención. Esto no parece cognitivamente posible, pero sí lo es el dividir nuestra atención a intervalos entre varias tareas. Como el número de estímulos y de tareas a realizar ha aumentado en los últimos años –entre otras cosas debido a las redes sociales y a todo el flujo de datos que recibimos en nuestro smartphone– la atención tiene que dividirse. Tal vez no se trate de distraer nuestra atención sino de desviarla hacia otra tarea a la que queremos prestar atención. Aunque, ¿acaso no parece lo mismo?
Imágenes: Pulpolux !!! y The Daring Librarian