Una compañía española se convierte en la primera en obtener financiación mediante crowdfunding para desarrollar un medicamento. Ésta es la pionera historia de Iproteos.
¿Puede el micromecenazgo servir para desarrollar un medicamento? Los datos oficiales estiman que la investigación de un nuevo fármaco puede durar entre 10 y 15 años, con un coste aproximado de 1.000 millones de dólares. La pionera historia de Iproteos, una spin-off surgida en Barcelona en 2011, demuestra que el crowdfunding puede ser una interesante alternativa de financiación para pequeñas compañías especializadas en el ámbito de la salud.
Iproteos nació de la mano de dos instituciones pioneras en I+D: el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona y la Universitat de Barcelona. En sus laboratorios se estudiaban las posibilidades de una nueva molécula, el fármaco IPR019, en el tratamiento de desórdenes cognitivos. Sin embargo, para probar su seguridad y nula toxicidad, los científicos debían realizar ensayos preclínicos (en modelos animales), como primer paso antes de estudiar la eficacia del medicamento en seres humanos.
A día de hoy, la esquizofrenia afecta a 24 millones de personas en todo el mundo. Los pacientes que sufren este trastorno, de origen todavía desconocido, son tratados con fármacos antipsicóticos y terapias de apoyo. Sin embargo, sólo una de cada cinco personas con esquizofrenia logran volver a su vida normal. Durante el curso de la enfermedad, sufren síntomas como las famosas alucinaciones, y otros signos como el aislamiento o los delirios, que cambian de manera dramática sus relaciones afectivas y su personalidad.
Los investigadores Ernest Giralt y Teresa Tarragó impulsaron la creación de Iproteos, compañía especializada en el desarrollo de péptidos terapéuticos, con el objetivo de encontrar una cura contra la esquizofrenia. Las investigaciones que realiza esta spin-off barcelona también profundizan en el conocimiento de otros desórdenes mentales, como la enfermedad de Parkinson o la epilepsia.
Para ello lanzaron una campaña de crowdfunding en Creoentuproyecto, plataforma en la que pretendían recaudar 100.000 euros para llevar a cabo los ensayos de su fármaco de interés en animales. El dinero obtenido serviría para costear los materiales necesarios en la investigación, así como cubrir las necesidades de personal científico para el proyecto.
Meses después, y gracias al apoyo 41 inversores, Iproteos ha logrado su objetivo. Se convierte así en la primera compañía biotecnológica española en apoyarse en el crowdfunding para desarrollar un medicamento. El micromecenazgo demuestra, gracias a estos resultados tan positivos, su potencial como alternativa de financiación en la industria biomédica.
Imágenes | Michael Chen (Flickr), Zeiss (Flickr), Marta Posemuckel (Pixabay)
