El 8 de octubre se celebran en la ciudad suiza de Kloten las primeras olimpiadas biónicas, donde se trata de suplir las discapacidades con tecnología.
Los Juegos Paralímpicos ponen de manifiesto cada cuatro años la capacidad de superación de estos atletas en disciplinas exigentes física y mentalmente. En la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, al profesor Robert Riener se le ocurrió organizar un evento internacional donde las competiciones fueran tareas cotidianas, como cortar el pan o poner una lavadora, y los competidores pudieran paliar su discapacidad con prótesis biónicas y dispositivos de tecnología punta.
Así es como se han organizado el primer ‘Cybathlon’, una especie de olimpiadas donde competidores de todo el mundo usarán dispositivos biónicos, exoesqueletos o sillas de ruedas eléctricas para llevar a cabo las tareas que se les exigirán. Las pruebas tienen lugar el 8 de octubre en la ciudad suiza de Kloten, al norte de Zúrich.
Este evento es el primero de su clase a nivel internacional, pero la idea es que en los próximos años se siga celebrando. En esta ocasión ha sido la Escuela Politécnica Federal de Zúrich quien ha organizado la competición, pero al año siguiente está previsto que sea en Reino Unido donde se celebren las pruebas.
Los diferentes equipos que compiten tienen que realizar tareas propias de actividades cotidianas, como puede ser subir escaleras o preparar alimentos en la cocina. Las dificultades físicas de los competidores se intentan suplir con tecnología, con lo que el evento tiene un doble propósito. Por un lado se anima a los participantes a superarse, mientras que se estimula la investigación de los científicos que trabajan en este campo.
Un motivo para promocionar la investigación
El Cybathlon actúa de estimulante también para propiciar la comunicación entre los competidores, que prueban los inventos, y los científicos, que los crean. Ambos comparten un objetivo y, gracias a la competición, tienen un plazo para mejorar sus marcas. De manera que los competidores practican y dan su feedback a los científicos sobre el funcionamiento de los dispositivos.
En un artículo de la BBC, una de las científicas que trabaja con un equipo que compite en Cybathlon explica uno de los beneficios que este evento aporta a la investigación. Y es que gran parte de las pruebas de este tipo de dispositivos dirigidos a personas con discapacidad física se hace con personas que no están incapacitadas.
El cerebro de una persona con una discapacidad física no funciona de la misma forma que el de una persona sin discapacidad. Tal y como recoge el artículo de la BBC, si alguien lleva tiempo sin poder mover sus piernas la parte de su cerebro que antes se destinaba a este propósito se dedica a otras tareas. Con lo que a la hora de controlar una interfaz cerebral, por ejemplo, existirán diferencias importantes con una persona que mueva las dos piernas.
Habitualmente es difícil encontrar a personas con discapacidad física que estén dispuestas a someterse a extensas sesiones de entrenamiento en los laboratorios. Pero la competición les da un motivo para hacerlo.