Olli es un minibús autónomo formado por piezas impresas en 3D que cuenta con una implementación de Watson, el popular sistema de inteligencia artificial de IBM.
El coche autónomo cambiará las vidas de conductores y pasajeros. Es una realidad. Pero quizá lo ideal sería que las ciudades ganaran posibilidades en lo que respecta al transporte público compartido. Es decir, que aunque se supone que los sistemas autónomos pueden incluir software que permitiría evitar atascos y descongestionar los núcleos urbanos el problema seguirá siendo el mismo: no hace falta un vehículo por conductor, para ello existe el transporte público. Y si existe uno que además de compartido sea más inteligente y respetuoso con el medio ambiente, las piezas encajan mejor.
Es la propuesta de Olli, un vehículo impreso en 3D con capacidad de transportar a 12 personas, y desarrollado por la startup Local Motors. A diferencia del transporte público tradicional, Olli funciona con pedidos bajo demanda, á la Uber. Es decir, siempre que la ruta fuese compatible con la de los usuarios que ya se encuentran en la minufirgoneta, Olli haría frente a las peticiones recogiendo a más usuarios. Según sus responsables, la tecnología está totalmente lista para ser implantada. Es la regulación de las ciudades la que no está poniendo las cosas fáciles.
La parte inteligente nace de una colaboración con IBM, que brinda a Olli la capacidad de ser autónomo gracias al sistema de inteligencia artificial Watson, que ya se está usando en multitud de ámbitos como la medicina o el deporte. Con él, además de calcular rutas y evitar atascos, el propio vehículo interactúa con los pasajeros informando sobre las paradas, noticias relevantes, estado metereológico o puntos turísticos de interés. A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, donde normalmente el usuario se acerca al conductor para preguntar detalles sobre el trayecto o la ciudad, Olli puede responder cualquier tipo de pregunta sin necesidad de molestar a nadie.
En National Harbor, Maryland, donde la empresa tiene su nueva sede, ya se encuentran circulando algunas unidades de Olli. Allí, gracias a su proceso de fabricación, la compañía asegura poder imprimir las piezas necesarias para cada unidad en 10 horas, y ensamblarlas en una hora adicional. Esto, y que su funcionamiento sea eléctrico, puede hacer muy fácil su llegada a cualquier ciudad que asuma que lo autónomo debe estar permitido por ley.
Imagen: Local Motors.