El fin de los insectos podría provocar una gran cantidad de impactos ambientales: contaminación, cambios de hábitat, uso excesivo de pesticidas y calentamiento global.
Los expertos en insectos llaman el fenómeno del parabrisas a la desaparición desmesurada de bichos por culpa de plaguicidas, herbicidas y fertilizantes. Según una investigación citada en la revista Science el año pasado, estos pesticidas se han encontrado en altas concentraciones en néctar y polen en flores silvestres cerca de campos tratados.
Todo apunta a que si no se modifican nuestras costumbres, este solo será el comienzo del fin. Las poblaciones de mariquitas nativas se están cayendo. Tres cuartas partes de las especies de mariposas, como la dama pintada, han disminuido significativamente en números; mientras que las abejas, de las cuales hay más de 250 especies en Reino Unido, también están sufriendo grandes caídas.
¿Por qué es tan importante conservar a nuestros insectos?
Tres cuartas partes de las cosechas mundiales dependen de polinizadores para el crecimiento de las plantas, los rendimientos y la calidad de los cultivos. Las Naciones Unidas han determinado que los insectos son responsables de polinizar el 84% de los cultivos destinados al consumo humano. Mientras que publicaciones como la de la revista Plos One indican que el 80% de la biomasa de insectos voladores ha disminuido en los últimos 27 años en 63 áreas protegidas en Alemania.
En 1989, Alemania estandarizó la manera en la que los aficionados a la entomología cazan insectos, obligándolos a usar un tipo de trampas de tela que han permitido recolectar datos de 1.500 muestras en más de 63 reservas naturales del país.
El distinguido biólogo Harvard Edward O Wilson ha declarado que: «Si toda la humanidad desapareciera, el mundo se regeneraría y volvería al estado de equilibrio que existía hace 10.000 años. Sin embargo, si los insectos se desvanecen, el medio ambiente colapsaría».
Sin insectos, cientos de especies se enfrentan al hambre y algunos ornitólogos creen que esta falta de alimentos ya está causando graves disminuciones en el número de aves. El biólogo Michael McCarthy ha señalado que «las aves de Gran Bretaña se han reducido a más de la mitad desde 1970».
Además, los insectos también mantienen nuestro suelo fértil, degradan los desechos, polinizan nuestros huertos y controlan las plagas como la del áfido.
La desaparición de los bichos constituye, a su vez, un malestar financiero generalizado: aproximadamente, de 235.000 a 577.000 millones de dólares en cultivos mundiales podrían verse afectados cada año.
El catálogo nacional de especies amenazadas solo incluye 90 de invertebrados, 35 son insectos, y únicamente 17 tienen un categoría de amenaza que permite activar planes de recuperación.
Fuente: The Guardian