El árbol genealógico de la especie humana no deja de crecer, complicarse y abrir un abanico de nuevas posibilidades que nos llevan a cuestionar muchas de las certezas que las diferentes investigaciones habían revelado hasta el momento.
Un equipo de investigadores ha descubierto los restos de una especie humana desconocida hasta el momento, el Homo luzonensis. La existencia de esta nueva especie data de entre 50.000 y 67.000 años partiendo desde el presente, una época en la que convivía con los neandertales, los denisovanos, el hombre de la isla de Flores y el homo sapiens.
El hallazgo, publicado en la revista Nature, ha tenido lugar en isla de Luzón, la más grande e importante de Filipinas. Cuenta con una superficie de 109.965 km² y una población actual de cerca de 50 millones de personas. Luzón se trata de una isla únicamente accesible por el mar, de manera que la llegada del Homo luzonensis ha sido toda una sorpresa y uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años.
Los investigadores, inmersos en una excavación desde 2007, han desenterrado en la cueva Callao 13 restos distintos formados por siete dientes, dos huesos de la mano, tres del pie y un fémur. Las muestras analizadas corresponden a dos adultos y un niño y han permitido establecer que la especie descubierta ni siquiera superaba el metro de altura.
Una mezcla de rasgos sin precedentes
Los restos desenterrados permiten observar una mezcla de rasgos sin precedentes. Se han detectado en los dientes ciertas similitudes con especies humanas más recientes y, por otra parte, unos pies y unas manos características de los australopitecos.
Los rasgos curvos de los dedos de los pies del hombre de Luzón sugieren que estaba habituado a trepar y su escasa estatura se ha atribuido a la escasez de recursos de la isla, en un caso similar al del hombre de Flores.
El descubrimiento complica la intrincada rama de la evolución en la zona, y plantea la posibilidad de la existencia de más de tres especies humanas coetáneas en el sudeste asiático.
Las principales teorías apuntan a que esta especie migró desde África e inició un proceso de evolución alternativo en su isla.
