Baño sin agua

El baño que no necesita agua para funcionar

Este baño sin agua ideado por la Universidad de Cranfield procesa los residuos mediante nanotecnología.

“¿Cómo vamos a tener un baño si no tenemos agua corriente?”. Es la pregunta que le devuelve la madre a la hija en un vídeo explicativo, cuando esta le pide tener un baño dentro de la casa. El vídeo explicativo lo ha creado la Universidad de Cranfield, al norte de Londres, para difundir su proyecto de salubridad destinado a regiones sin recursos. En efecto, la idea se ha llevado a cabo pensando en aquellas personas que ni siquiera tienen acceso al agua.

Los datos de la ONU, en concreto de sus agencias UNICEF y la OMS (Organización Mundial de la Salud), cifran en 2.400 millones de personas las que viven sin acceso a un baño. La mayoría se encuentran en zonas rurales, donde es más difícil la expansión de la red de alcantarillado y del agua corriente.

Esta carencia está ligada a la generación y transmisión de enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A, el tifus o la polio, por no hablar de las diarreas que se derivan de las condiciones deficitarias de salubridad. No cabe duda que el contar con un baño dentro de cada casa es una medida que aliviaría todo este tipo de enfermedades.

Sin embargo, como le replica la voz de la madre al dibujo de una niña en el vídeo, para tener un baño se necesita tener agua corriente. Un equipo de científicos de la Universidad de Crafield ha resuelto este problema, creando un baño sin agua, que impide que afloren olores.

Todo esto se hace mediante nanotecnología. Tirar de la cadena equivale a accionar una palanca que da la vuelta al suelo del contenedor para que los residuos caigan. En una cámara inferior se produce un tratamiento que extrae el agua en forma de vapor mediante membranas especiales. Posteriormente el vapor se condensa y se puede usar para regar o limpiar. Se trata de agua pura, pues los patógenos permanecen en el fondo de la cámara.

El contenido se almacena en una bolsa recubierta con un nanopolímero biodegradable que bloquea el olor. La idea es que un encargado local pase a recoger esta bolsa periódicamente. Las primeras pruebas reales de este baño sin agua, que responde al reto lanzado por la Fundación Bill y Melinda Gates para reinventar el baño, se llevarán a cabo este mismo año. Sus inventores calculan que el coste de un baño de este tipo será únicamente de 0,05 céntimos por día y usuario.

Imagen: Colette Cassinelli

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