Cuatro segundos es lo que ha tardado en desvanecerse el sueño de la compañía Space One de convertirse en pionera en la industria aeroespacial japonesa.
En su lanzamiento inaugural, con el que se iba a coronar como el primer cohete operado por una compañía privada japonesa en poner en órbita un satélite, el cohete Kairos explotó en el aire unos segundos después de su lanzamiento.
El lanzamiento fallido y la explosión del cohete
El lanzamiento fallido tuvo lugar el pasado miércoles, desde una plataforma en Kushimoto, Wakayama, al oeste de Japón. El evento, que había sido pospuesto anteriormente debido a la presencia de un barco en las cercanías, atrajo la atención de espectadores tanto locales como internacionales.
En el momento del lanzamiento, el cohete despegó a la perfección, pero lo que parecía un triunfo rápidamente se convirtió en decepción al estallar en llamas y fragmentos, lanzando combustible y escombros alrededor de la plataforma de lanzamiento.
Space One emitió un comunicado breve confirmando el lanzamiento y la explosión del cohete:
Hemos llevado a cabo el lanzamiento, sin embargo, se ha procedido a la suspensión del vuelo del cohete. Actualmente se están investigando los detalles.
Posteriormente, en una conferencia de prensa, Masakazu Toyoda, presidente de Space One, informó que el mecanismo de autodestrucción del cohete se activó poco después del despegue, dentro del margen de seguridad previsto.
Sin daños materiales ni víctimas: la suerte del incidente
El incidente no causó daños materiales ni víctimas, gracias a que la explosión se produjo a una altura controlada, entre 50 y 100 metros, para limitar los riesgos derivados y evitar daños en la zona boscosa de alrededor. Los cuerpos de bomberos locales respondieron rápidamente para extinguir las llamas causadas por el combustible del cohete.
Objetivos de la operación
El objetivo del lanzamiento era poner en órbita un satélite gubernamental experimental de inteligencia, en un esfuerzo por contribuir a los avances en tecnología espacial en Japón.
Este proyecto formaba parte de los esfuerzos de la industria aeroespacial nipona por desarrollar lanzaderas más pequeñas y económicas para satisfacer la creciente demanda de satélites.
Space One, fundada en Tokio en 2018, había generado grandes expectativas en la comunidad aeroespacial con su ambicioso objetivo de convertirse en la primera empresa privada japonesa en lanzar un satélite. Sin embargo, el fracaso de su lanzamiento inaugural representa un revés significativo para la empresa.
Space One no se rinde: planes de futuro tras el fracaso
A pesar del contratiempo, Toyoda afirmó que la empresa no renunciará a su objetivo y planea realizar nuevos intentos una vez se aclaren las causas del fallo. Space One tiene previsto lanzar un total de 20 cohetes para finales de esta década, con la esperanza de establecerse como un jugador importante en el mercado de lanzamiento espacial.
El desafortunado incidente del cohete Kairos, que fue un golpe duro para la empresa, sirve como recordatorio de los riesgos que conlleva la exploración espacial y subraya la importancia de la seguridad en este campo. A medida que Space One se embarca en su viaje para conquistar los cielos, la empresa enfrenta ahora el desafío de superar este obstáculo inicial y demostrar su capacidad para alcanzar las estrellas.
Imagen de cabecera: Space One
