Con el fin de acompasar el reloj atómico al tiempo rotacional terrestre, la Nochevieja de 2016 tendrá un segundo adicional en el reloj.
Además de las clásicas doce uvas, el brindis con champán y los cánticos navideños, la Nochevieja de 2016 contará con otro evento especial. Según ha confirmado el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia (IERS), al que pertenece el Observatorio de París, durante el final de año nuestro reloj marcará de forma excepcional y única las 23:59:60. En otras palabras, disfrutaremos de un segundo adicional o leap second, el concepto empleado en inglés.
Esta decisión sirve para acompasar el reloj atómico al tiempo rotacional terrestre. Nuestro planeta frena de manera imperceptible su velocidad de rotación como consecuencia de la interacción gravitacional con la Luna y otros cuerpos celestes. Por ello es necesario añadir el segundo adicional, también conocido como segundo intercalar.
Desde 1972 este ajuste se ha realizado en veintiséis ocasiones, como aseguran desde el Observatorio Naval de Estados Unidos. Uno de los últimos cambios se produjo en 2012, cuando compañías como LinkedIn, Mozilla o Foursquare experimentaron algunos problemas de caídas de servidores como consecuencia del segundo adicional y sus efectos sobre internet.
En 2015, con el fin de que esto no volviera a suceder, empresas como Google aplicaron estrategias diferentes para sortear los problemas. Y es que los sistemas informáticos se basan en protocolos NTP (Network Time Protocol, por sus siglas en inglés) para sincronizar sus relojes, por lo que la adición del segundo intercalar puede provocar ciertos quebraderos de cabeza. En junio de 2015, algunas de estas compañías decidieron añadir milisegundos imperceptibles a los segundos previos al adicional, una técnica también denominada smear around.
El año 2016, por tanto, terminará con un segundo adicional. El ajuste del leap second no tendrá un impacto grande en nuestras vidas, con la excepción de los problemas informáticos y tecnológicos que pueda suscitar. La medida, sin embargo, tratará de ajustar el horario del reloj atómico a la ralentización progresiva de la velocidad de rotación de nuestro planeta Tierra. Así, antes de pasar la frontera de 2017, contaremos con un segundo más para disfrutar del año que está a punto de irse. Una curiosidad más para celebrar la Nochevieja, que seguro acaparará muchos titulares en la prensa de aquí a finales de 2016.
