Que la robótica depondrá empleos parece cierto, pero también creará otros nuevos. La gestión de flotas de camiones autónomos es una muestra de ello.
Los camiones autónomos son un proyecto de futuro. Pero cada vez hay más empresas que trabajan en ellos. A las startups se han unido Tesla, Daimler y Renault. La industria del transporte de mercancías está próxima a cambiar y ya hay pistas que apuntan en este sentido. La compañía Caterpillar, fabricante de vehículos y maquinaria de construcción y minería, tiene un programa de conducción a distancia.
Caterpillar cuenta con vehículos para minería que se pueden conducir a 1.000 kilómetros de distancia. De esta forma los conductores evaden los riesgos asociados a la conducción de estas máquinas.
Es solo el principio de la conducción autónoma para este sector. La compañía apunta que ya tiene flotas de sus vehículos controladas desde la distancia. Esto lo puede hacer gracias a los sistemas de inteligencia artificial instalados en estas máquinas de minería. En este caso se trata de mejorar la seguridad de los operarios, que en lugar de trabajar en la mina lo hacen desde un asiento cómodo y a salvo.
Algo parecido podría ocurrir con los camiones autónomos. Grandes flotas podrían viajar autónomamente y supervisarse desde un centro de control. La robótica, y en concreto la conducción autónoma, tratan de realizar las tareas más pesadas. Y esto derivará en la pérdida de puestos de trabajo, pero al mismo tiempo generarán nuevas posiciones.
Los conductores de camiones podrían terminar supervisando flotas de estos vehículos desde un centro de control. Es lo que propone el modelo de Caterpillar, pese a que las máquinas en el sector minero constituyen un nicho. Se trata de vehículos robotizados en un entorno de trabajo cerrado. Todas las personas y los elementos que se encuentran en ese espacio se supeditan a la actividad minera. Es decir, es difícil que haya elementos impredecibles.
Al menos es más difícil que en un entorno social, en calles o carreteras. Allí hay otros vehículos, conducidos por humanos o no, personas, incluso animales. Es un entorno mucho más cambiante, con lo que la conducción autónoma se vuelve más complicada. Y también la supervisión de las flotas.
Esto indica que serán necesarias más personas para controlar las flotas de camiones autónomos de las que hoy necesita Carterpillar para su maquinaria minera.