Allá por el año 2002, Minority Report se adelantó a su tiempo y mostró en la gran pantalla muchas de las tecnologías que hoy utilizamos, pero también algunas de las que usaremos en el futuro.
El cine, al igual que la literatura desde los tiempos de Julio Verne, siempre ha sido uno de los lugares donde encontrar inspiración sobre avances tecnológicos que luego, en más o menos tiempo, han terminado haciéndose realidad y, en muchos casos, superando en relevancia lo que cabía esperar de ellos. La ciencia ficción es tan amplia que no podemos hacer un repaso de cada tecnología que se ha mostrado antes en novelas o en el cine, pero Minority Report contuvo tantas que resulta más que suficiente para ver cómo se han plasmado.
Aunque la tecnología está tomando tintes de invisibilidad en cada ámbito, con unas aplicaciones que podrían llegar a ser sustituidos por unos bots mucho más convenientes, la mayoría de lo que se muestra en Minority Report está, por lo general, en un estadio más cercano a los caducos principios que han triunfado en esta década.
Las interfaces táctiles
Cinco años antes de la revolución de la tecnología multitáctil, las interfaces que se mostraban en Minority Report hacían un uso intensivo de ella. Se puede decir que de alguna manera anticiparon un futuro sin botones físicos que añadieran fricción y restaran capacidad de control y adaptabilidad. Sin duda es la base de lo que hemos acabado utilizando, primero en smartphones y luego en tablets e híbridos.
La principal diferencia con nuestra realidad actual es que esos conceptos se han acabando pareciendo más a tecnologías fallidas, como las grandes mesas con pantallas táctiles, que a los dispositivos que usamos en el día a día. De nuevo, es comprensible, hablamos de 2002. En Minority Report todo es muy visual, mientras que ahora, pese a que valoramos que la tecnología luzca, preferimos que todo sea más personal.
La seguridad del futuro
Minority Report nos habló del reconocimiento facial como factor de identificación por parte del gobierno y empresas para publicidad, y en la actualidad se está erigiendo como una de las grandes variables usadas para autenticar en smartphones (Android 4.1 incorporaba esta posibilidad) y con Windows Hello en ordenadores.
Pero es importante separar lo que sería reconocimiento facial de reconocimiento de iris, mucho más seguro y personal. Aunque de momento la publicidad no nos identifica según nuestro rostro, sí que existen ya prototipos de escaparates que analizan si somos hombre o mujer, y nuestra edad, mediante sistemas similares, con el objetivo de adecuar más la oferta.
Lo que viene
Hologramas
Minority Report mostraba videollamadas, que han estado con nosotros muchos años y han acercado a personas a miles de kilómetros de distancia. Pero también mostraba hologramas en publicidad sin pensar en que justo esa tecnología puede ser la que revolucione de nuevo las telecomunicaciones, añadiendo, gracias a la realidad aumentada, una sensación de estar con el otro interlocutor que prácticamente se acerca al teletransporte. Aunque aún quede en promesa, Microsoft ya ha mostrado con Holoportation que algo así es posible con su sistema HoloLens, como vemos en la imagen superior.
Coches autónomos y ciudades inteligentes
En Minority Report se observa como la conducción es plenamente autónoma e inteligente por parte de los coches, y que gracias a lo que sería un sistema de ciudad inteligente o sistema de inteligencia artificial, se evitan colisiones. En nuestra sociedad, no se puede decir que el coche autónomo sea una realidad, pero sí afirmar que ya hay muy buenas pruebas de lo que se puede llegar a hacer con sistemas todavía arcaicos.
Para que una flota de coches autónomos pueda circular por nuestras calles requerimos, en primer lugar, de avances mayores en los propios coches, pero también que los sistemas de comunicación mejoren en ciudades inteligentes, mediante 5G u otros sistemas. Así, tal y como muestra el MIT, se podrían eliminar los semáforos.
Coches voladores no tan «coches»
En la película se observa que, los coches autónomos levitan, de manera similar a como lo hacen los trenes maglev, aunque sin vías. La realidad es que, pese a que el coche volador aún será una realidad más en nuestra mente que factible en la realidad, sí tenemos en desarrollo un posible sustituto: drones que son capaces de transportar a personas. Lo mejor de todo es que cada vez se logra fabricarlos más y más pequeños, y dentro de unos años es probable que ocupen parte de nuestros cielos, aunque la seguridad impedirá a priori su popularización masiva.
Imágenes principales: Minority Report (20th Century Fox)