Ya hay algunas empresas que están explorando la construcción de coches impresos en 3D con vistas a buscar una alternativa a la fabricación de automóviles tradicional.
La cadena de fabricación y montaje de automóviles es una de las más sofisticadas que existen. El sector de la automoción fue el primero que instauró la producción en cadena, popularizada por Henry Ford. Y también fue el primero en adoptar máquinas automáticas para sustituir a trabajadores, incrementando la productividad de las fábricas. Décadas de mejoras y apuntalamientos han hecho del sistema de producción automovilístico un complejo engranaje bien engrasado, pero los cambios están llegando a esta industria.
En medio del vendaval que sufre el sector de la automoción en estos momentos, con la introducción del coche conectado y las perspectivas de la conducción autónoma, el avance de la electricidad como forma de propulsión no siempre tiene la notoriedad que se merece. Se trata de una transformación profunda, pues el motor –la base del vehículo– cambia completamente.
En este proceso de transformación quizá tenga algo que decir la impresión 3D, puesto que la propulsión eléctrica es más adecuada para este tipo de fabricación. La empresa Local Motors ha sido la primera en construir coches impresos en 3D. En Think Big hablamos en su momento del Strati, pionero en este campo. Antes de él otra compañía había creado el Urbee con el mismo método de fabricación, sin embargo, algunas de las partes más importantes, como la batería y el motor no se habían construido usando impresión 3D.
En el caso del Strati la mayoría de los componentes se construyen con impresión 3D. Local Motors creó primero la parte exterior y después fue añadiendo componentes. En total el proceso de fabricación asciende a cinco días, siendo 44 las horas de impresión que se necesitan.
Dentro del mundo de los coches impresos en 3D, la idea de Local Motors es explorar la personalización en automóviles y también reducir los costes de fabricación. Para 2017 la empresa tiene pensado lanzar su modelo LM3D Swim, del que ya se ha construido un prototipo.
Los compradores del LM3D Swim tendrán la posibilidad de elegir entre diferentes personalizaciones, como ciertos aspectos estéticos, de forma que el futuro conductor tendrá siempre algo que decir en el diseño del vehículo. Lo que será igual en todas las unidades del modelo es la batería y el motor.
El 90% del modelo será impreso en 3D con plástico ABS y fibra de carbono. Si bien las partes a las que la impresión 3D no pueda llegar correrán a cargo del método de fabricación tradicional. Y así, combinando estos dos procesos, se puede construir un producto tan complejo y con tantas aristas como un coche.
Imágenes: Local Motors