Se acabaron las grietas, la degradación de las carreteras, y sobre todo, las reparaciones.
Hemos visto que, con el paso del tiempo, el plástico y sus variantes han ido sustituyendo a todo tipo de productos para la fabricación de cualquier objeto que necesitemos. En esta ocasión, le llega el turno al asfalto, el cual tiene sus días contados.
Se han sucedido múltiples soluciones, pero ninguna de ellas ha sido permanente o sostenible, ni barata. El caso de PlasticRoad cumple los dos requisitos. Directo desde Holanda de mano de la empresa tecnológica VolkerWessels, el proyecto propone fabricar carreteras con materiales 100% reciclados.
Pero las ventajas de las carreteras de plástico no se quedan solo en su respeto al medio ambiente. Fabricadas en piezas únicas, que se montarían como si de un lego se tratase, facilitan las obras de las vías públicas gracias a la reducción del tiempo medio de montaje aproximadamente a la mitad. Evitando, además, las corrosiones que sufre el asfalto y las grietas que se generan por las dilataciones del material a causa de los cambios de temperatura.
Sin embargo, lo más destacado es que por el diseño de su estructura ligera y desmontable se puede dejar un espacio hueco debajo de la carretera. Permitiendo una vía libre de interferencias para cables, tuberías y cualquier otra necesidad en cuestión de infraestructuras que se pueda requerir con el paso del tiempo, y evitando tener que abrir toda la vía para la instalación. El espacio libre nos serviría para drenar el agua de lluvia favoreciendo así el tener unas carreteras secas y más seguras.
Y en cuestión de seguridad, estas mantendrían las mismas prestaciones de agarre que un asfalto de alta calidad, las cuales podrían incluir incluso calefacción. Muy útil para las regiones en las que el hielo y la nieve suponen un problema añadido. Prestaciones inteligentes para un material nuevo: detectores de tráfico, mediciones, detectores de accidentes… Las posibilidades son infinitas.
Imagen: VolkerWessel