Un trabajo liderado por una estudiante de la Universidad de Virginia Tech busca en el procesamiento de datos nuevas formas de aumentar la seguridad den las carreteras.
El análisis de datos es una tendencia tecnológica que se está acentuando con los últimos años. Desde hace tiempo compañías y grandes organizaciones públicas practican análisis en sus bases de datos para optimizar sus procesos. Ahora las herramientas de big data han dado un salto hacia delante en lo que a rendimiento se refiere, lo que no solo ha propiciado una mejora de las técnicas sino una expansión de las mismas hacia ámbitos donde antes la información no se procesaba rigurosamente. Esto se une a la capacidad de recoger información y transmitirla fácilmente, que ha llegado de mano de sensores y dispositivos conectados.
Y uno de los campos donde se pueden aprovechar esta evolución es en la seguridad vial. Así lo ha sabido ver Alexandria Noble, una estudiante de master en la Universidad de Virginia Tech, quien se hizo la siguiente pregunta: ¿qué pasaría si los coches pudieran hablar con las motos? Si la respuesta fuera afirmativa se derivarían importantes beneficios para los motociclistas.
Y es que existen algunos obstáculos en la carretera que no son tales para los coches, mientras para las motos pueden suponer un accidente grave. Un pequeño agujero o un bache apenas se nota en un vehículo de cuatro ruedas pero una moto puede desestabilizarse por completo. Noble pensó que si los coches pudieran comunicar a las motocicletas que en cierto lugar de una carretera había un bache se podrían evitar accidentes.
El concepto no es nuevo, pues está previsto que el procesamiento y la comunicación de datos se aprovechen para hacer más seguros los coches autónomos que los actuales, pero sí su aplicación. Hay que decir que Noble contaba con las herramientas de estudio adecuadas. Los investigadores del Virginia Tech Transportation Institute añadieron sistemas de recogida de datos a un amplio elenco de vehículos, desde coches a camiones, pasando por autobuses, bicicletas y, por supuesto, motos.
El valor que tiene la información recogida está en que describe el comportamiento de las personas que están al volante en las carreteras. De ahí se pueden extraer malos hábitos, distintos tipos de respuestas ante una situación y otras informaciones útiles. Y a parte de todo esto el Virginia Tech Institute está estudiando cómo los coches pueden comunicarse entre sí, con recibidores fijos y otros dispositivos. Noble pensó que estas comunicaciones también se podían utilizar para conectar con las motos y avisarlas de los posibles peligros en las carreteras.
La idea es que los coches actúen como una especie de exploradores para las motos. La estudiante de master señala que técnicamente esto es posible hoy en día. Existen tecnologías como el GPS para la localización y las capacidades de comunicación. Si bien sería necesario implantar los sistemas de recogida de datos en una gran cantidad de vehículos.
En la línea de este trabajo, el siguiente paso de Noble consistirá en explorar formas de conectar la información obtenida con los peatones. Al fin y al cabo se trata de evitar accidentes y salvar vidas.
Imágenes: RaidersLight y World Bank Photo Collection