El QueSST

El QueSST: el futuro de los aviones comerciales

Tanto la NASA como otras compañías aeroespaciales llevan décadas en la búsqueda del diseño perfecto para desarrollar una aeronave supersónica capaz de transportar pasajeros.

Según ha comunicado la compañía estadounidense Lockheed Martin, la NASA ha conseguido completar la etapa de diseño inicial del avión supersónico, el cual posibilitará los viajes de pasajeros en aeroplano supersónico por tierra.

El QueSST, nombre con el que se ha bautizado al prototipo, es un diseño capaz de cumplir con los objetivos de la aeronave LBFD (Low Boom Flight Demonstration), que son: volar con una rapidez superior a la velocidad del sonido, y conseguir que el “golpe” sea prácticamente sordo.

El diseño perfecto

La NASA asegura que han encontrado un diseño de fuselaje y motor que redirige las ondas de sonido, consiguiendo que el “boom” del avión sea apenas un estampido sónico insensible. Las expectativas apuntan a lograr producir tan solo 60 decibelios, 1.000 veces menos de lo que generaba el Concorde.

El Concorde francés, el último avión de pasajeros supersónico, dejó de volar en 2003 después de 27 años de servicio. Podía alcanzar una velocidad de crucero de 2.180 km/h y atravesar el Atlántico en apenas tres horas. A pesar de todo, el diseño no era perfecto y daba lugar a problemas, y uno de los principales era precisamente la generación de ruido, además de su alto coste.

Reducir al mínimo el nivel de sonido de las aeronaves es actualmente uno de los principales retos para las compañías espaciales, además de reducir la contaminación. Para solucionar estos problemas, la NASA está trabajando de forma intensiva en el proyecto, el cual ya ha pasado la primera prueba.

El QueSST

Las nuevas posibilidades

Este tipo de aviones llamados “low-boom”, o de explosión baja, permitirían poder viajar de forma más ecológica, generando además poco estallido y a una velocidad muy superior a la que viajan las aeronaves comerciales.

El avión forma parte del programa X-Plane de la NASA y lleva por nombre LBFD-X . Debido a que el Concorde emitía un sonido muy fuerte, estaba obligado a no llevar velocidades supersónicas mientras sobrevolara zonas habitadas. El problema era que para poder acelerar era necesario esperar a estar sobre el mar, lo que reducía considerablemente su rendimiento.

El prototipo inicial

En febrero de 2016, la NASA se asoció con Lockheed Martin para el diseño preliminar de QueSST. El mes pasado, un modelo a escala del diseño QueSST completó las pruebas en el túnel de viento supersónico en el Centro de Investigación Glenn de la NASA, en Cleveland. Tras el éxito de la fase de diseño inicial, la compañía podría empezar el proceso de solicitar propuestas a finales de este año y un contrato a principios del próximo para construir el avión X pilotado.

Una vez superadas las pruebas de diseño en los túneles de viento, el siguiente paso será llevar a cabo un prototipo funcional y medir la resonancia que emite en las diferentes condiciones atmosféricas posibles, incluso sobre poblaciones.

«La gestión de un proyecto como este consiste en pasar de un hito al siguiente», explica al respecto David Richwine, gerente del proyecto inicial de diseño, bajo el Proyecto de Tecnología Supersónica Comercial de la NASA. «Nuestra sólida asociación con Lockheed Martin nos ha ayudado a llegar a este punto. Estamos ahora un paso más cerca de la construcción de un avión X real», concluye al respecto.

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