La NASA ha llevado a cabo pruebas con un motor llamado EM Drive, que de verificarse su correcto funcionamiento daría un gran salto a los viajes espaciales.
A principios de la década del 2000, el ingeniero aeroespacial británico Roger Shawyer inventó el EM Drive, un motor de propiedades asombrosas en comparación con lo conocido hasta ahora. Funciona por propulsión electromagnética, pero sin necesidad de ningún tipo de propulsor como tal, se impulsa únicamente mediante ondas electromagnéticas. Desde su invención la NASA ha estado evaluando la viabilidad de este sistema, que parece tener algunas lagunas conceptuales. Sin embargo, en unas nuevas pruebas se han obtenido resultados positivos que invitan a pensar en un desenlace productivo.
Hasta ahora el EM Drive había permanecido en el limbo de las invenciones que podrían cambiarlo todo pero a las que le falta algo para materializarse. Las nuevas pruebas no significan ni mucho menos que el motor sea plenamente funcional, aún quedan verificaciones por practicar.
El motor genera polémica entre los científicos, pues su funcionamiento parece violar una de las leyes de conservación de la física, en este caso la de la cantidad de movimiento. Esta teoría estipula que en un sistema cerrado la cantidad de movimiento total no puede variar y permanece constante en el tiempo. Aplicado a los motores, esto quiere decir que un elemento propulsado hacia delante necesita un elemento propulsor que a su vez se desplaza en sentido contrario.
Con el EM Drive no existe esta equivalencia, pues no requiere de ningún propulsor, tan solo son ondas magnéticas las que lo impulsan. Sin embargo, el creador del ingenio Shawyer no está de acuerdo en que el sistema viole este principio. Apunta el científico que la electricidad se convierte en microondas, las cuales empujan en contra del dispositivo, en su interior, provocando que el conjunto acelere en sentido opuesto.
El EM Drive acaba de probarse con éxito en un entorno de vacío que imita las condiciones en el espacio, pero falta que los científicos vuelvan a hacer la prueba y verificar los resultados en este tipo de entorno. De confirmarse las propiedades del motor, el salto para la ciencia aeroespacial sería mayúsculo. Según los cálculos de los Eaglework Laboratories de la NASA, se podría llegar a Marte en solo 70 días.
Por si esta cifra no dice mucho, los Eaglework Laboratories estiman que un viaje a la estrella Alpha Centauri, la más cercana a la Tierra, que se encuentra a algo más de cuatro años luz, podría hacerse en solo 92 años con el sistema EM Drive. Sin embargo, los propósitos de Shawyer son menos fantasiosos. El creador de este motor sostiene que se podría usar como una forma barata de lanzar satélites, cuya misión consistiría en absorber energía solar para después enviarla a la Tierra.
Imágenes: Joe Skinner Photography, HacksHaven y Wikipedia