Vinka Samohod está al frente del equipo de Transformación Digital en Telefónica del Perú y se define como una apasionada por el cambio y la transformación, motivo por el que encaja tan bien en esta compañía, una industria en constante evolución. Piensa que no podría trabajar en algo estático: “Me moriría del aburrimiento, en cambio aquí, nunca paras”.
Su día a día consiste principalmente en “cambiar la mentalidad” de las personas con las que trabaja y la de sus clientes. Vinka Samohod es consciente del cambio de era que estamos viviendo y de que la receta que trajo el éxito antes ya no es la misma ahora, en un entorno de constante evolución.
Por este motivo, su área de trabajo se llama “Transformación Digital”. A Vinka le gusta decir que se llama así porque va más allá de la tecnología y la digitalización: «Vivimos una transformación cultural”.
Su labor está estrechamente ligada a la de muchas áreas de la compañía, aportando tres conocimientos: simplificación de procesos, robotización y agilidad. “Los dotamos de metodologías en las nuevas formas de trabajo, siendo conscientes de que generamos más valor trabajando en equipos multidisciplinares, con un foco claro, mirada de punta a punta de los procesos y foco total en el cliente”, añade con un brillo especial en su mirada.
Retrocedemos las manillas del reloj del tiempo. La muerte de su padre, cuando ella tenía tan solo 15 años, le marcó profundamente. En ese tiempo comenzó su pasión por la atención al cliente. “Además de estudiar, ayudaba en el negocio familiar los fines de semana, me gustaba atender a los clientes, escucharlos, me encantaba estar en la caja, haciendo facturas y cobrando”, recuerda con añoranza. Durante su época universitaria, con más conocimiento y experiencia, Vinka se involucró en el control de gestión de la empresa, en optimización de costos y nuevos negocios para la mejora de resultados. Aprendió mucho y ahora que mira hacia atrás lo agradece, porque le ayudó a madurar y a forjar su carácter actual.
Como directora de Transformación Digital y CEO de Wayra Perú, cree que su fórmula de éxito viene condicionada por su perseverancia: rendirse no entra dentro de sus planes próximos. Le encanta lo que hace, y cree que con su pasión y actitud tiene la mitad del camino asegurado. Una vez, le preguntó a su mayor referente cuál era para él la receta de la felicidad, y le dijo: hacer lo que te gusta, tomarte una o dos copas de vino al día, y reunirte con amigos una vez por semana. ¡Ella intentó seguir sus sabios pasos!
En el mundo tecnológico donde ella se mueve, que está liderado mayoritariamente por hombres, la diversidad es sumamente importante. Para ella significa riqueza de pensamientos, de valores y de miradas. Un equipo diverso añade mucho más valor a una empresa que un equipo homogéneo. Y Vinka Samohod no solo se refiere a que este equilibrio debe existir entre hombres y mujeres, también al que debe existir entre consumidores: “Si nosotros no los entendemos con diversidad, difícilmente podamos darles lo que necesitan”, añade con carisma. Es fundamental aportar una mirada más humana, más sensible. “En esta era digital es de suma importancia y eso no significa que las mujeres seamos más débiles, sino que tenemos bien desarrollada la capacidad de mirar una situación analizando todas las variables”.
“Tírate a la piscina”
Siempre que tiene la oportunidad, recuerda a su equipo de mujeres que se atrevan, que se lancen a la piscina. “El entorno en el que crecimos quizás nos condicionó a sentirnos inseguras de nosotras, a no tenernos la suficiente confianza, pero eso ya pasó. Tenemos las mismas capacidades que los hombres y podemos añadir mucho valor. Está en nosotras mismas el romper ese techo de cristal. ¿Cómo? Dejando de ponernos esas barreras mentales que nos frenen”, enfatiza sonriente.
Vinka ha tenido una dilatada trayectoria en diversos cargos y equipos ubicados en distintas geografías. Si retrocediera en el tiempo volvería a vivir en diferentes países, ya que es una de las cosas que más ha enriquecido su vida, y cada vez que “tengo la oportunidad de hablar con jóvenes, les animo a hacerlo”. Es más, uno de sus sueños es tomarse un año sabático y viajar por el mundo, con su familia: su esposo y sus dos hijas. Y que su escuela sea la experiencia de vida de conocer otras culturas.
El viajar tanto le enseñó, principalmente, a entender que no existe una verdad absoluta, que todo es relativo. También le enseñó a ser tolerante y que las personas piensan distinto en función de su cultura, crianza y experiencias. Lo que uno piensa y haga es correcto para uno, pero no necesariamente para el resto. Esta teoría le ayudó mucho a que le importara menos “el qué dirán” y a centrarse más en su felicidad, siempre sin hacerle daño a nadie, ni pasar por encima de los demás. A sus hijas siempre les dice que la primera y mayor enseñanza es: ‘No hagas a otros lo que no quieres que hagan contigo”.
Iniciativa ‘Presidenta por un día’
En Telefónica Perú se ha puesto en marcha la iniciativa ‘Presidenta por un día’, una forma de empoderar a las mujeres. Recuerda que la última presidenta que tuvieron se llama Andrea Cuba y es de Moya, un pueblo de 500 habitantes a más de 3.000 metros de altura, al que fue posible llegar gracias al proyecto de “Internet para Todos”. Andrea les dio un discurso que les dejó con la boca abierta.
En plena clase se paró frente a sus compañeros y dijo: ”Mi compañera Yumei va a ser ingeniera; mi compañera Betsy, doctora; y así todos llegaremos a ser grandes personas en el futuro. Gracias, Telefónica, por darnos el apoyo de Internet y dotar de tecnología a nuestra escuela. La próxima vez que nos veamos espero ser la presidenta de Telefónica, pero de verdad”. A eso se refiere Vinka Samohod con derribar esas barreras mentales que nos frenan. “Este tipo de iniciativas ayudan a hacerlo”, comenta con firmeza.
Vinka desde su lado más personal
Vinka Samohod nos desvela que es madre de dos hijas y que, si alguna de ellas le pidiera algún consejo para dedicarse al mundo de la tecnología, le apoyaría y le diría que hiciera lo que le fuese a hacer feliz. Así es cómo criaron a Vinka, y piensa que ahora le toca a ella ponerlo en práctica.
Nos cuenta que su hija de 9 años le ha pedido matricularse en una escuela de teatro y modelaje porque quiere ser modelo y artista de cine y que ya están buscando academias juntas. Aunque, nos confiesa a modo de secreto, “no me encanta esa idea, pero prefiero que mi hija lo pruebe y decida si le apasiona antes de negárselo y frustrarle”.
Además, Vinka dedica gran parte de su tiempo libre a cuidar de un albergue para perros abandonados. Es una persona con mucha sensibilidad hacia los animales. Y nos adelanta que, cuando se jubile, se dedicará a estudiar el comportamiento animal para entender cómo se comunican, viven e interactúan.
El proyecto del albergue para perros comenzó cuando, ayudando con un caso de un cachorro atropellado, conoció a una animalista que tenía cerca de 10 perros en la azotea de su casa y la estaban desalojando. Así, por casualidad, se involucró y metió de lleno en este mundo que, además, le apasiona. «Comencé por casualidad buscando un espacio temporal para aquellos perros, y con el paso del tiempo ha terminado colaborando en un albergue para ellos”, dice. Ahora ese lugar se ha convertido en el hogar de más de 50 perros rescatados de la calle, a los que cuidan y buscan adoptantes responsables.
Puedes acceder al resto de entrevistas realizadas con motivo del Día de la Mujer aquí.