Las redes sociales y las apps de mensajerían han cambiado la forma en la que nos comunicamos. Pero además están transformando la manera de divulgar ciencia.
Los móviles que usamos a diario, los medicamentos que tomamos cuando nos ponemos enfermos o incluso la cerveza con la que festejamos nuestros éxitos. Ejemplos como estos muestran cómo la investigación está más presente de lo que pensamos en nuestra vida diaria. Sin embargo, ¿quién no sufrió en clase de matemáticas o física cuando íbamos al colegio o al instituto? Divulgar ciencia no siempre es fácil. Por eso los profesionales de la comunicación tienen ante sí un reto enorme.
Según el informe sobre Percepción social de la ciencia y la tecnología en España, publicado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), sólo el 15% de los españoles se muestra interesado en investigación. Esta aparente falta de interés por la ciencia se debe, en gran medida, a que mucha gente no comprende lo que investigadores y divulgadores explican.
Redes sociales y aplicaciones, grandes aliadas
Lo decía mejor Carl Sagan. «Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología en la que nadie sabe nada de estos temas», señalaba el astrofísico y experto en divulgar ciencia a través de su programa Cosmos. Su frase resume bien la tarea titánica de enseñar qué se investiga y para qué sirve.
Ante este desafío, ¿es posible hablar de ciencia en menos de diez segundos? Además de libros y cuentos para enseñar investigación de manera divertida o juegos como la papiroflexia, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería pueden ayudar a divulgar ciencia.
Por increíble que parezca, recientemente han surgido diversas iniciativas de divulgación en las que se explican conceptos sencillos en un tiempo muy breve. Un ejemplo lo encontramos el hashtag #CienciaenVines, donde divulgadores como Francisco J.M. Guardiola o Daniel Pérez Lozano comparten en Twitter sus «Vine» para divulgar ciencia.
Astronomía, invisibilidad o magnetismo son algunos de los temas elegidos en sus vídeos de seis segundos. Una curiosa forma de llamar la atención y atraer a personas no interesadas en la investigación a este mundillo.
Más info en https://t.co/Uof7mzy22E #CienciaEnVines https://t.co/pUPilGf1Mx
— Fco. J. M. Guardiola (@guardiolajavi) 13 de mayo de 2016
Los materiales diamagnéticos repelen los campos magnéticos #CienciaEnVines https://t.co/La1SaMj6z4
— Mientras, en Físicas (@MientrasEnFisic) 28 de abril de 2016
Los servicios de mensajería y aplicaciones relacionadas también son una buena herramienta para divulgar ciencia. Telegram, por ejemplo, cuenta ya con varios canales para ello. DiarioMaker o Ciencia en Español son ejemplos donde esta plataforma sirve para compartir contenidos relacionados con la investigación y la innovación científica y tecnológica.
Snapchat, una app muy popular entre los jóvenes para compartir mensajes que se «autodestruyen» al cabo de 24 horas, también sirve para difundir contenidos curiosos. Por ejemplo, la Casa Batlló utiliza este servicio para dar a conocer el museo en Barcelona en vídeos de menos de diez segundos.
La plataforma también emite contenidos de diferentes medios de comunicación, tales como National Geographic, Vox o CNN, donde a veces presentan noticias para divulgar ciencia o mostrar los últimos avances. Todo ello a través de mensajes de corta duración, con el fin de picar la curiosidad de aquellos que los contemplan. Porque aunque parezca imposible, también se puede difundir y hablar de investigación e innovación en menos de diez segundos.
Imágenes | Nevit Dilmen (Wikimedia), mkhmarketing (Flickr)