Desalar el agua marina

Este compuesto basado en grafeno puede desalar el agua marina

Un equipo de científicos de la Universidad de Mánchester ha encontrado un método que emplea grafeno para desalar el agua marina de forma efectiva.

La mayor parte de la superficie terrestre está formada por agua y, sin embargo, el acceso a este recurso es un problema en muchos lugares. A veces la falta de agua se da incluso en sitios cercanos a la costa, junto a una masa de agua enorme. La solución parece residir en las desaladoras, pero estas necesitan una tecnología cara, no siempre al alcance de todos. Pero, ¿y si se pudiera desalar el agua marina de una forma barata?

Esta ambición es la que ha perseguido un equipo de científicos de la Universidad de Mánchester. El resultado ha sido una especie de colador de grafeno, capaz de desalar el agua marina. El dispositivo se basa en una idea sencilla, como es la de hacer pasar el agua a través de un tamiz, que hace el filtrado, separando la sal del líquido.

La Universidad de Mánchester tiene el honor y el prestigio reconocido de haber sido la cuna del grafeno. En 2004 los investigadores Andre Geim y Konstantin Novoselov aislaron este compuesto y lo catalogaron. El trabajo les valió el Premio Nobel de Física en 2010 y, desde entonces, Mánchester es una de las universidades que más investigaciones produce en torno a este material.

El trabajo para desalar el agua marina se basa en una variación del compuesto: óxido de grafeno. Este material se produce con una oxidación sencilla en el laboratorio y tiene la ventaja de que es barato. Y es que uno de los inconvenientes del grafeno es que su producción en masa resulta muy cara. Esto no ocurre con el compuesto que los investigadores han utilizado para su trabajo con agua salada.

Una vez que el óxido de grafeno se ha sinterizado, los investigadores practican unos agujeros en el material. Hay que tener en cuenta que originalmente el compuesto presenta una estructura bidimensional. Al oxidarse conserva esta propiedad hasta el punto de poder convertirse en una membrana, donde practicar una serie de perforaciones.

Desalar el agua marina

De esta forma se crea una membrana con agujeros que dejan pasar el agua pero retienen la sal. Los científicos señalan que el tamaño de estas perforaciones tiene que ser menores de un nanómetro. En caso contrario la sal se colaría a través de ellos y no se separaría del agua.

No es la primera vez que se usa el óxido de grafeno para un cometido similar. La filtración de nanopartículas ha sido una de las aplicaciones que se le ha encontrado a este compuesto. En este caso los científicos aún tienen que hacer nuevas pruebas para concretar el trabajo, pero el camino parece esperanzador.

Imágenes: adifferentbrian, Universidad de Mánchester

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