La batería de coche eléctrico que aguanta 1.000 Km podría estar más cerca de lo que creemos.
La batería de coche eléctrico que dure lo suficiente como para un viaje largo interurbano aún está por inventar. Por ahora estos vehículos tienen autonomías que se mueven en los cientos de kilómetros. Hasta los Model S de Tesla, cuya batería permite recorrer en torno a 450 kilómetros. Pero cuando las distancias pasan de medio millar es difícil hacer viajes sin tener que recargar. De ahí que los fabricantes sigan investigando para mejorar la tecnología que permita a sus vehículos recorrer más kilómetros.
Los avances en la densidad energética de las baterías de ion litio han sido reducidos en los últimos años. Al menos no se ha apreciado un gran salto. Sí se han logrado construir baterías de mayor tamaño o más concentradas (mayor peso en el mismo volumen), pero esto no es suficiente para los coches eléctricos. Este tipo de progresos han servido sobre todo para la industria móvil. Así, los smartphones han utilizado este margen para aumentar su potencia, pero no para incrementar su autonomía sensiblemente.
En el caso de los coches eléctricos las mejoras en las baterías se utilizarían de hecho para incrementar la autonomía. Es el mejor uso que pueden tener por el momento. Y lo cierto es que los avances en el ion-litio, hasta ahora, permiten pocos incrementos. Pero la situación podría cambiar. El diseño de batería que ha creado la entidad alemana de investigación Faunhofer, en colaboración del ThyssenKrupp System Engineering y el AIV Automotive Engineering, propone unas modificaciones que podrían aumentar considerablemente la autonomía de los coches eléctricos.
El proyecto se denomina EMBATT y trata de simplificar las baterías. Estas normalmente consisten en paquetes de celdas que se unen por cables y conectores. Esta unión resulta ineficiente, pero cumple el papel fundamental de mantener el conjunto funcionando.
La batería de coche eléctrico EMBATT sustituye estos conectores por una placa bipolar , que hace de ánodo y cátodo. Así, en lugar de colocar las celdas unas junto a otras, se distribuirían unas encima de otras. La corriente tendría menos escollos para circular, haría un recorrido más sencillo y la electricidad se generaría más rápido.
Pero el mayor logro de EMBATT es que al librarse de todos esos conectores eliminaría peso y volumen. Desde la organización Fraunhofer apuntan que este nuevo diseño permitirá a los coches llevar baterías más grandes, ocupando el mismo espacio que ocupan las actuales. La marca se la han puesto ellos: 1.000 kilómetros es la autonomía que estiman se podrá alcanzar. De momento el diseño solo ha pasado las primeras pruebas de laboratorio, pero los investigadores confían en hacer pruebas a escala real en 2020.
Imágenes: LincoInblues, Leo Reynolds