Sun Shiqian se ha dedicado a construir una colección de robots gigantes en su estudio, situado a las afueras de la capital china.
Su genio se reparte entre el artista y el ingeniero. El primero es el que pone las ideas y el segundo, quien las ejecuta. De pequeño, a Sun Shiqian le encantaba ver los dibujos animados de robots. Su pasión por los monstruos metálicos en la ficción le ha conducido a su ocupación actual.
Hoy Shiqian trabaja en su estudio a las afueras de Pekín construyendo robots gigantescos. Este joven de 32 años se despidió de un trabajo de ingeniero en 2011 para dedicar todo su tiempo a lo que de verdad le gustaba hacer. Y la decisión no debió ser fácil, porque esto que de verdad le gusta hacer no es una afición cualquiera. Tampoco es un entretenimiento barato y, desde luego, no parece nada fácil.
Algunas de sus creaciones parecen transformers gigantes, otras parecen extraídas de un comic manga japonés. Shiqian reconoce la influencia que los dibujos nipones tuvieron en él. Ha sido su fuente de inspiración, junto con algunas ficciones estadounidenses.
En la pasada World Robot Conference, en Pekín, celebrada en el mes de agosto, se vio el trabajo de Shiqian. En este caso se trataba de una vaca desmesurada capaz de transformarse en un robot luchador, provisto de abdominales metálicos.
Son creaciones de envergadura y la capacidad de Shiqian para animarlas causa sensación. Incluso se fijaron en su trabajo los productores de la película 'Tranformers: la era de la extinción', estrenada en 2014. La Paramount encargó al artista un robot gigante para la promoción del film.
No se sabe cuánto pagaría la productora estadounidense por aquel robot, pero lo cierto es que estas creaciones son caras. Shiqian puede gastarse el equivalente de 130.000 euros en uno de sus robots , un millón de yuans. En su perfil de Weibo se pueden ver algunas de sus creaciones.
Hay gente que le cuestiona el hecho de que sus creaciones estén basadas en arte extranjero. Pero Shiqian se siente cómodo con ello. Es a lo que tenía acceso desde que era un niño. Su familia no era pudiente y él no pudo tener muchos juguetes, así que absorbía todo lo que estaba a su alcance. Su padre, que había sido militar, le enseñó algunos bocetos de armas. El resto proviene de las series japonesas y estadounidenses.
Sin embargo, Shiqian sueña con el día en que construya sus robots basados en influencias de la cultura china. Para que sus otras influencias, conocidas mundialmente y de sobre populares, den paso a otras que representen mejor la idiosincrasia local.
Imágenes: Paramount,
