La impresora 3D Hangprinter funciona suspendida mediante unos cables y con un sistema de poleas que se controla por ordenador.
La idea que se tiene de una impresora 3D suele ser la de una máquina aparatosa. Un artefacto casi industrial, con una estructura de gran volumen, un entramado de piezas metálicas y mecanismos llenos de complejidad. Por muchos que estos dispositivos se hayan acercado al mundo de la electrónica de consumo, aún resultan poco usables. Y en su aparatosidad está parte del problema. Torbjorn Ludvigsen, un estudiante de Física sueco, ha creado una máquina que no tiene este inconveniente.
Lo normal para una impresora 3D es que su boquilla actúe en el interior de una cámara vacía. En este entorno es donde se crean los objetos, ya sean de menor o mayor tamaño. No es este el concepto al que ha dado vida Torbjorn Ludvigsen, un joven universitario de Suecia que ha trabajado en un proyecto para acercar a más gente la tecnología de impresión 3D.
Se trata de Hangprinter, una máquina capaz de imprimir en 3D muebles de cualquier tamaño en la misma habitación donde se necesiten. El dispositivo actúa mientras permanece suspendido en el aire mediante un cable que baja de forma cenital. Una serie de tensores forman el resto de la estructura. Controlados por un sistema de poleas, que se pueden programar mediante el ordenador, estos elementos evitan que la máquina se salga del trazo marcado.
La propia habitación es la que sirve de cámara a la impresora 3D. De ahí que se puedan crear todo tipo de muebles, sin importar el tamaño.
De código abierta y barata
La ambición de Torbjorn, de popularizar la impresión 3D, no se manifiesta solo en el concepto de Hangprinter. La máquina tiene otras características que la convierten en una herramienta para todos los públicos. Su precio es reducido, solo 250 dólares. Mientras que diseño es de código abierto, con lo que cualquiera puede construirla en su casa.
La decisión de subir en abierto el diseño a la Red también permite que otros puedan colaborar en el proyecto. Así, Torbjorn espera que Hangprinter recoja parte del trabajo de los desarrolladores interesados en la impresión 3D.
En sintonía con esta forma de pensar, el creador de la impresora 3D la ha construido de tal manera que esta se pueda replicar a sí misma. La mayoría de piezas que lleva Hangprinter se pueden imprimir con el dispositivo, con lo que luego solo quedaría ensamblarla.