Los médicos que han atendido a Eden Carlson han logrado que recupere una gran cantidad de funciones cerebrales, después de que su corazón estuviera dos horas parado.
En febrero del pasado año Eden Carlon, de apenas dos años de edad, se resbaló y se cayó a la piscina de la casa familiar. Pasaron alrededor de 15 minutos hasta que sus padres la encontraron y la sacaron del agua. Acto seguido su madre comenzó la reanimación cardiopulmonar para hacer que su corazón volviera a funcionar.
Llegaron los servicios de emergencia y comenzaron ellos con el proceso de reanimación. Pero hasta que la pequeña no estuvo en el Washington Regional Medical Centre, de Fayetteville, en el estado de Arkansas, los médicos no pudieron hacer latir de nuevo su corazón. La parada cardíaca había durado dos horas.
Los daños cerebrales habían sido importantes. La materia gris estaba afectada, el órgano mostraba síntomas de atrofia, con pérdida de materia gris y blanca. Esto era el diagnóstico médico. Los síntomas en su cuerpo eran aún peores. La pequeña no podía hablar ni caminar. Tampoco respondía a las voces conocidas. Al mismo tiempo, ni sus riñones ni su hígado funcionaban y tenía la presión sanguínea era muy baja.
Tras los primeros 48 días de cuidados intensivos en el hospital, Eden podía respirar por sí sola. Pero el daño cerebral seguía ahí. El equipo médico propuso a la familia terapias con oxígeno para tratar de paliar los efectos del ahogamiento. Y así lo hicieron.
Este tipo de terapias, que consisten en administrar oxígeno a una presión superior a la presión atmosférica, a través de una cámara presurizada, hacen que aumente la cantidad de oxígeno en la sangre del paciente. De esta forma los niveles de la sangre se equilibran y se ayuda a reparar el tejido dañado.
Eden recibía estos tratamientos dos veces al día, durante 45 minutos cada uno. Pronto empezó a mostrar signos de recuperación. Su nivel de alerta aumentó y también lo hizo su capacidad de movimiento de brazos y manos. Con el tiempo pudo empezar a comer vía oral y a decir pequeñas frases. También a reírse.
Después se la trasladó a un hospital de Nueva Orleans más equipado. Allí, después de diez sesiones, la madre de Eden notó que el estado de su hija se acercaba a la "normalidad". Pero quedaban algunas funciones motoras , así que empezaron con un tratamiento rehabilitador físico.
Más tarde Eden mejoró su caminar y su capacidad de hablar era mejor que antes del accidente. Las funciones motoras y cognitivas recibían el aprobado en la evaluación médica.
Pasados 162 días después de que cayera a la piscina, los médicos habían podido revertir prácticamente todo el daño cerebral. La atrofia de la materia blanca y del cortex casi había desaparecido. Solo perdura un ligero daño residual.
Ahora el equipo médico estudia las posibilidades de esta terapia. Necesitan entender mejor por qué motivos ha funcionado el tratamiento en la pequeña Eden. Para que ella no sea la única buena noticia que den.
Imagen: Mateus André