Los paneles solares desarrollados por un equipo de investigadores chinos logran captar energía a través de las gotas de lluvia.
El principal problema de las energías renovables es la inestabilidad. Los aerogeneradores no funcionan todo el tiempo, pues cuando no hay viento o este disminuye nada se puede hacer. Pero la incertidumbre también afecta a los paneles solares.
La energía solar no solo necesita de la luz diurna para funcionar. También se requiere que el sol incida directamente para que los paneles sean rentables. Pues la diferencia entre la energía generada por la radiación directa y la indirecta es importante.
Lo cierto es que ambas energías renovables, eólica y solar, se complementan. De día es cuando el sol incide en los paneles, mientras que los vientos más fuertes se suelen producir de noche. Sin embargo, existe un problema para la energía solar cuando es de día. Se trata del tiempo. Si el cielo está nublado hay menos luz, los rayos no inciden directamente y la eficacia de las placas disminuye.
Si además llueve, lo habitual es que el cielo esté encapotado y, por si fuera poco, el agua caída es una rémora para la eficiencia de las placas solares. Se trata de una sustancia que se interpone entre la radiación y la superficie del panel, que absorbe la luz.
De ahí que un equipo de investigadores de la Universidad de Soochow, en la ciudad china de Suzhou, junto a Shanghái, se haya puesto manos a la obra para resolver la inconveniencia de la lluvia. Para esto han cubierto las láminas de los paneles con un sistema llamado TENG, un nanogenerador triboeléctrico. Esta tecnología permite obtener electricidad mediante el contacto entre dos materiales, como ocurre con la fricción.
Así, un generador triboeléctrico puede generar una corriente eléctrica a partir de la fricción de un neumático de coche con la carretera o el frotar de la ropa al caminar. Los investigadores chinos han aplicado la tecnología, sin embargo, a los paneles solares. De forma que cuando las gotas de lluvia caigan y resbalen por su superficie generen electricidad.
Para lograrlo han aplicado dos capas de polímero sobre el panel fotovoltaico, con el fin de formar el sistema TENG. Lo que ocurría es que ambas capas de polímeros actuaban como electrodos. Cuando las gotas de lluvia forzaban el contacto entre ambas capas se producía electricidad.
Evidentemente, la eficiencia de los paneles solares para captar la radiación del sol disminuye con esta capa añadida. Pero la tecnología aún tiene que evolucionar para ser más efectiva. Con el tiempo, quizá este tipo de placas preparadas para la lluvia podrían ser la mejor solución para climas tormentosos.