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Evelyn Berezin, la impulsora de los procesadores de texto

La inventora norteamericana ha pasado desapercibida durante todo el siglo XX, pero en la actualidad, en una época donde el tiempo está cada vez más discutido, la neoyorquina ha empezado a cobrar una importancia mayúscula.

Se podría decir que Evelyn Berezin es una mujer más dentro del mundo de la tecnología y de la ciencia, pero estaríamos completamente equivocados. Esta neoyorquina nacida en 1925 es la responsable de una cantidad ingente de procesos y sistemas creados para la comodidad humana. En este sentido, podríamos llegar a decir, sin ningún tipo de duda, que Evelyn nos ha hecho la vida más fácil, sin más, sin ningún adorno. Su trabajo, a fin de cuentas, nos ha permitido ganar tiempo. Que es, básicamente, la eterna lucha que tiene el ser humano desde el comienzo de su existencia, porque por mucho que lo intentemos; por mucho que busquemos, el tiempo es inexorable y sigue avanzando sin fisuras en un eterno retorno nietzscheano.

Evelyn Berezin fue pionera en el mundo científico. Estudió Física en la Universidad de Nueva York y a partir de ahí pasó por un innumerable número de empresas, la mayoría de cierto renombre, como Underwood (famosa por sus máquinas de escribir) o CIGNA (multinacional de seguros). Sus principales inventos o procesos inventivos son, por ejemplo, los procesadores de texto, el sistema de reserva de vuelos digital -que lanzó en favor de United Airlanes– o el primer ordenador de oficina.

evelyn berezin
Máquina de escribir Underwood

Varias invenciones, que como se establecía al comienzo del escrito, nos han servido para ahorrar tiempo y ganar en comodidad. Evelyn Berezin nos propuso un mecanismo con el cual, desde nuestra propia casa, podíamos sacar billetes de avión; y no sólo eso, sino que nos dio la capacidad de poder hacerlo en su propio ordenador de oficina. Dentro del eterno retorno establecido con anterioridad, esta mujer nos permitió adecuar un intervalo temporal en el que poder disfrutar de lo vivido. Además, nos permitió poder escribir este texto, para que vosotros, lectores pudierais leerlo y daros cuenta de tal avance tanto tecnológico como social. Una personalidad, por lo tanto, que pese a ser una completa desconocida para la mayoría, ha sabido hacerse un hueco en nuestras vidas, basando el trabajo de su vida en eso que como dijo John Randolph «es a la vez el más valioso y el más perecedero de nuestros recursos, el tiempo».

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