¿Cómo ha cambiado la ilustración con los medios digitales?

Desde hace unos años las tabletas gráficas se han hecho hueco entre las herramientas de un artista, gracias a que, junto con el software que usan, son capaces de copiar casi todas las técnicas con un resultado asombroso. Pero aún hay artistas que prefieren los medios tradicionales a los medios digitales, ¿por qué?

Aprender a dibujar… ¿de nuevo?

Eso es, ¡otra vez! Como artista, el salto del papel a la tableta fue una experiencia extraña. Estás acostumbrado a que cada centímetro del papel equivaliese a un centímetro de la realidad, pero esto cambia bastante cuando usas una tableta. En los medios digitales cuentas con la misma superficie siempre, y es necesario adaptar el lienzo al tamaño de tu trazo, y no tu trazo al tamaño del lienzo, como ocurre usando medios tradicionales.

Otro de los escalones que hay que superar, a no ser que compres una tablet con monitor (que rondan los 1.500 euros de media), es el de acostumbrarte a dibujar y a mirar en diferentes puntos. Parece una tontería, pero estamos acostumbrados a que por donde pasemos el lápiz quede una marca negra justo debajo de él, pero esto con una tablet sin monitor no sucede. Es cierto que es cuestión de tener paciencia y de acostumbrarse, pero es una de las principales razones por las que la gente acaba no usando una tableta gráfica.

Es todopoderoso, es magnífico, es Ctrl+Z

Efectivamente, una de las mayores ventajas de lo digital sobre lo analógico, aunque tiene sus peros. Permite la corrección de errores, lo cual nos puede salvar la vida, pero, como pasa con muchas soluciones milagrosas, es un arma de doble filo. ¿Por qué? Porque cuando te das cuenta has pasado dos días sin dormir rehaciendo el mismo trazo, con tu perro mordiéndote la espinilla porque no le has dado de comer, y la basura oliendo raro. Es una exageración, pero con esto quiero decir que se pierde la capacidad de decisión, y acabas por no pensar antes de dibujar, lo que es una pérdida de tiempo inmensa.

Capas, las láminas de metacrilato del futuro

Otra de las ventajas de los medios digitales es el uso y edición de capas. Puedes definir con precisión valores exactos de color o transparencia, y ordenarlos de diferentes formas para trabajar sólo en un elemento. La única pega es que si no eres ordenado, acabarás con un archivo con 150 capas sin nombre. Y pasar una hora apagando y encendiendo capas mientras te dejas los ojos y el cerebro en saber qué tiene cada una no es agradable, os lo aseguro.

¿Calibrar el papel?

El papel no, pero tu monitor sí. Necesitarás un buen monitor para poder ilustrar, y además necesitarás tenerlo calibrado. Con los medios tradicionales, el color que ves es el que es, y punto. Con los digitales la cosa cambia, porque el color de tu monitor (si no está bien calibrado) será diferente del de otro monitor, y si pretendes imprimir tu obra, será aún menos parecido. Por eso debes tener un monitor con una buena reproducción de color y que esté calibrado. Y si quieres imprimir y que salgan los colores lo más parecido, os recomendamos que antes os imprimáis una carta de ajuste con la impresora con la que vayáis a imprimir, para haceros una idea de cómo quedarán los tonos. El papel que uses también influirá, pero es tan fácil como imprimir una carta en cada tipo de papel del que dispongáis, para tener una muestra.

Desconexión con la textura

Otro de los grandes escalones que tienes que superar es el de decirle adiós a la sensación del soporte rozando con tu mano, el rasgar del grafito contra el papel, o al olor del óleo. Es olvidarse de ello para decirle hola a una superficie fría y lisa, que no huele y que no suena. Pero, a cambio, como hablaremos más adelante, ganas espacio.

Para muchos artistas esa relación entre el artista y la obra se diluye con los medios digitales, y optan por seguir utilizando herramientas analógicas. La textura (entendiendo textura como algo plástico, que sale del soporte) es algo que perdemos con la ilustración digital. Es cierto que puedes falsearla, pero pierdes la tercera dimensión, y el juego de luces y sombras que la propia pintura puede proyectar sobre el lienzo.

Artista: Ryan Hewett

Un estudio en una cajita

El almacenamiento es otro de los puntos a considerar a la hora de decidirte. Los medios tradicionales ocupan espacio físico, y no es raro que acabes con una (o varias) habitación llena de trastos. Pinceles, pintura, lienzos, papel, caballetes, mesa de dibujo, lápices y un largo etcétera de útiles a tu disposición, que tendrás que guardar en algún sitio.

Con los medios digitales todo esto se reduce a una mesa con un ordenador, una tablet y un disco duro. Aparte del ahorro evidente de espacio, puedes guardar todas las versiones de un mismo proyecto que quieras. En este ámbito, parece que lo digital puede con lo analógico, pero también es cierto que es mucho más fácil perder una cajita de 7×10 cm que un estudio entero.

Una herramienta para dominarlas a todas

Ya hemos hablado de esto por encima antes. En medios digitales, una tablet y un boli equivalen a cualquier herramienta que puedas imaginar. Puedes tener en la mano un lápiz 2B, y al segundo siguiente una brocha cargada hasta arriba de pintura del color que quieras, o un pincel con tinta china. Pero no penséis que esto es magia, porque pasarás horas mirando diferentes paquetes de pinceles, comprando y descargándolos. Y luego tendrás que probarlos y saber cómo se utilizan, qué resultado dan y para qué puedes usarlos, si es que puedes. Aquí la ilustración tradicional gana, ya que sabes que «x» herramienta tiene «x» trazo, y su uso suele ser mucho más intuitivo.

Hay cientos de paquetes de pinceles en Internet, muchos de ellos gratuitos. Pero nuestro consejo es que preguntes directamente a artistas digitales que conozcas o sigas para agilizar tu búsqueda. Uno de los más usados es el KyleBrush, que ahora es exclusivo de usuarios de Adobe; o el GrutBrushes, también para Photoshop. Son de pago, pero en esto, como en casi todo, lo bueno se paga.

Una clara desventaja de los medios tradicionales frente a los digitales es el desgaste de las herramientas. Tienes que darles un cuidado especial a todas ellas, y por muy cuidadoso que seas, acaban desgastándose con el uso. Es cierto que el lápiz que utilizas con la tablet también se desgasta, pero sólo es una herramienta, y la “reparación” habitual es cambiarle la punta. Y aunque se rompa, es una herramienta que cambiar, y no veinte.

Después de leer este post, lo más seguro es que no os hayáis decidido sobre qué usar. ¿La fiabilidad de lo tradicional o la comodidad de lo digital? Eso ya corre a vuestro cargo. Lo único que puedo decir sin miedo a equivocarme es que los medios digitales han llegado para quedarse. Eso, y que no hay por qué elegir una u otra, hay que saber para qué usarlas.

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