El objetivo de Svolt es crear baterías de ion-litio que no necesiten cobalto para funcionar, eliminando así uno de sus componentes más difíciles de conseguir.
Las baterías de ion-litio alimentan nuestros móviles, nuestros dispositivos electrónicos portátiles y también los coches eléctricos. Su expansión ha sido abrumadora en los últimos años. Sin embargo, distan de ser la tecnología perfecta. Entre otras cosas, el litio y el cobalto son elementos imprescindibles para su fabricación, pero son escasos y su extracción a veces está rodeada de circunstancias difíciles. De ahí que la empresa china Svolt quiera deshacerse de uno de ellos, el cobalto.
También conocido como el oro azul, por su escasez y su apreciación, el cobalto es básico en las baterías. Eliminarlo supondría un enorme salto en el sector de la acumulación energética. No solo respecto a los coches eléctricos, también se verían impactados los dispositivos electrónicos e incluso las baterías gigantes, preparadas para la acumular electricidad procedente de fuentes renovables.
Svolt, fundada en 2018 a partir de la rama de baterías del grupo chino Great Wall Motor Company, ha creado un producto con algunas ventajas respecto a las alternativas comerciales de hoy en día. Sin duda aún queda la prueba de fuego, lanzar al mercado y comprobar su rendimiento. Pero La compañía ya ha dado algunos pasos.
Uno de ellos es el anuncio de una batería gigante de 24 GWh de ion-litio, sin cobalto, claro. Pero la empresa también tiene preparado un diseño para una batería para coches. Esta ofrecería una autonomía de 800 kilómetros. Svolt afirma que el proceso de fabricación ya está diseñado y listo para producir.
En busca de alternativas al ion-litio
La de Svolt es una alternativa a las baterías tradicionales de ion-litio. Es cierto que la tecnología sigue siendo la misma, pero la ausencia de cobalto representa beneficios. En primer lugar se deja fuera de la ecuación un elemento cuya extracción genera problemas económicos, sociales y medioambientales. Pero además, cabe suponer que el coste de la batería sería menor.
Y hay que tener en cuenta que usamos muchas baterías hoy en día. Desde Svolt calculan que el 50% de todo el cobalto que se extrae se emplea en baterías de ion-litio. Nuestro smartphone, sin ir más lejos, contendría unos 10 gramos. Pero un coche eléctrico, como un Tesla, utiliza 13 kilos.
El litio tampoco es un material barato. Y por eso se han buscado alternativas desde hace tiempo. Desde opciones que almacenen más energía a otras que tratan de usar otros elementos, como el silicio y el aire, para generar la capacidad de almacenamiento.