El físico mexicano Rafael G. González-Acuña ha dado con una ecuación que permite solucionar las aberraciones ópticas de las lentes.
El investigador mexicano Rafael G. González-Acuña ha dado con una solución buscada desde hace siglos y hasta milenios en el campo de la óptica. Se trata de paliar la distorsión en la imagen que surge tras el cristal de una lente.
Para entender la relevancia del trabajo de González-Acuña hay que conocer cómo funcionan las lentes que utilizamos en nuestro día a día. Durante mucho tiempo, la forma de las lentes era esférica. Esto permitía hacer ciertos ajustes a la imagen, para agrandarla, por ejemplo, pero el resultado también contenía las llamadas aberraciones ópticas.
Este fenómeno produce desviaciones, que conllevan falta de nitidez o alternaciones en la imagen. Para combatirlo se utilizan lentes asféricas: la forma es similar a la de una esfera, pero no estrictamente esférica. Esto ha mejorado la precisión. Sin embargo, la fabricación de este tipo de lentes es costosa y difícil. En ocasiones se necesita que los fabricantes experimenten hasta dar con el diseño adecuado para una determinada aplicación.
Se trata de un método poco escalable, por tanto. Y por eso tiene importancia el trabajo de González-Acuña. El investigador ha creado una ecuación que ofrece un diseño preciso para fabricar lentes sin aberraciones ópticas. Su fórmula funciona para cualquier tipo de lente, sin importar el tamaño, el material del que está hecho o para qué se va a usar.
Una solución para la vida cotidiana
Las implicaciones de un descubrimiento como el de González-Acuña van más allá de las cámaras fotográficas. Quizá en ellas, en el ámbito más exquisitamente profesional, es donde primero nos imaginemos la diferencia. Pero lo cierto es que las lentes se usan para infinidad de aplicaciones.
En el campo de la investigación científica, los microscopios y los telescopios se podrían beneficiar de la ecuación del físico mexicano. Se podría aumentar la precisión de la imagen y también reducir el coste de las lentes.
También en la electrónica de consumo se verían los beneficios. Después de todo, uno de los negocios más demandantes de lentes es el de los smartphones. Esos dispositivos cada vez tienen cámaras de mayor calidad y aquí la calidad del material óptico juega un papel fundamental.
En lo que respecta a aplicaciones médicas, el trabajo no ofrece propuestas específicas. Pero lo cierto es que otros proyectos que exploren las posibilidades de la óptica para mejorar la vida de las personas podrán beneficiarse.
Imágenes: M.C.Chavez, John Brighenti