Dos emprendedores búlgaros han creado lo que podría convertirse en el medio de transporte urbano del futuro: la bicicleta vertical.
El diseño es de una sencillez sugerente, el minimalismo está presente en la estructura, los materiales y la forma de plegarse. La bicicleta vertical, tal y como la han concebido y fabricado dos arquitectos búlgaros, está destinada a ser una herramienta que contribuya a un urbanismo sostenible, estimulando un transporte limpio y saludable. Es más versátil que las bicis corrientes, con las que tiene diferencias significativas. La primera y más obvia de todas es que el usuario va de pie, no existe sillín.
El no tener sillín es un punto crucial para la estructura de la bicicleta vertical, bautizada como Halfbike. No solo hace que se llame así -porque el ciclista de turno debe ir pedaleando de pie– también simplifica en gran medida la montura. Los prototipos creados por Martin Angelov y Mihail Klenov, que así se llaman los dos arquitectos de Bulgaria que se han lanzado a emprender este proyecto con ambiciosas miras sociales, consisten básicamente en una barra de aluminio que conecta la rueda delantera con las dos traseras y una palanca vertical en cuyo extremo superior se encuentra el manillar.
En esta escueta estructura están integradas todas las partes básicas de la bicicleta vertical. Pesa menos de nueve kilos y mide 1,2 de alto y un metro de largo. Eso sí, la altura casi se evapora cuando el manillar se pliega, quedando paralelo a la montura de aluminio. Se trata de un vehículo propicio para las ciudades. Cuando en algunos tramos una bicicleta no resulta funcional e incluso es necesario bajarse y caminar al lado, con una Halfbike se puede echar a andar fácilmente y cargarla bajo el brazo. Desplegarla y volverla a montar es igualmente fácil, más que sentarse en el sillín de una bici corriente.
Los creadores de Halfbike tienen la intención de que su vehículo sea una especie de complemento de los pies de un ciudadano. Si este puede caminar, más rápido irá en la bicicleta vertical y además la puede introducir en el transporte público, no tendrá problemas de aparcamiento y estará realizando un ejercicio saludable.
Cierto es que no es un vehículo para subir empinadas cuestas arriba (pese a que hay un modelo con varias marchas), pero no hay ningún problema en bajarlas, eso sí, mientras que en llano se pedalea con ligereza. Halfbike reunió 82.000 dólares en Kickstarter y está previsto que las primeras bicicletas verticales se vendan a 999 dólares.
La bicicleta, un invento que tiene dos siglos de historia (al menos en Europa y en su versión moderna, pues hay testimonios de artilugios similares precedentes en Egipto, China o India), ha evolucionado a lo largo del tiempo y lo sigue haciendo. La Halfbike es un ejemplo de ello, pero también la introducción de la electricidad en este vehículo, cada vez de formas más inteligentes como la Copenhagen Wheel, que convierte en eléctrica cualquier bicicleta. Mientras que otro proyecto nacido de Kickstarter, la Jyrobike, permite que los niños aprendan a montar en bici sin caerse.