Además de los genes, tus hijos pueden heredar tus hábitos (buenos y malos)

Hace más de dos siglos que Lamarck formuló su teoría sobre los hábitos adquiridos. Aunque hasta la fecha, la teoría Darwiniana es la predominante, un nuevo estudio indica que es posible que los hijos adquieran los hábitos de sus progenitores como medida de supervivencia.

En un anuncio de televisión de una famosa marca de muebles nos dicen que nuestros hijos son lo que ven, y lo que más les influye y les marca para el futuro es lo que ven en su propio hogar. No cabe duda de que nuestros hijos, a parte del material genético que heredan, a medida que crecen van adquiriendo hábitos que son comunes en el medio en que se desenvuelven. Sin embargo, un nuevo estudio propone un nuevo enfoque que viene a completar lo que sabemos sobre la herencia genética y que tiene que ver con la capacidad de tus hijos para heredar tus hábitos.

Tal y como publica la revista Science, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Adelaide en Australia, existen indicios para pensar que los hábitos de los padres, independientemente de los genes de cada uno, se transmiten al espermatozoide y al óvulo que una vez fecundados, formará una nueva vida. Por ejemplo, los bebés pueden ser propensos a copiar la conducta juvenil de sus padres, como por ejemplo, la preferencia por la fruta o los dulces.

 

 

 

 

 

 

 

Este nuevo enfoque genético, podría obligar a replantearse el trabajo de Jean-Baptiste Lamarck, que ya entre los siglos XVIII y XIX abogaba porque las características adquiridas durante la vida de una persona podían ser heredas por sus hijos. Con la revolución que supuso la publicación del libro “On The Origen of Species” de Darwin a mediados del siglo XIX, las teorías lamarckistas fueron poco a poco perdiendo influencia.

Heredar hábitos, una cuestión de supervivencia

“La gente tiende a pensar que los niños al nacer representan un nuevo comienzo, con todo por aprender” indica la Profesora Sarah Robertson del Instituto Robinson. Sin embargo, con este estudio, se confirmaría que no existe una tabla rasa donde empezar a modelar los hábitos de los recién nacidos. “La realidad es que no podemos decir con gran certeza que los niños empiecen a aprender desde lo más básico. Los niños al nacer tienen factores hereditarios provenientes de las experiencas de sus padres y que pueden presentarse durante la etapa fetal y tras el parto”.

Si se confirman estas evidencias, los trabajos de Darwin y la teoría neodarwinista así como las de Lamarck necesitarán ser reconsideradas, indica la Profesora Robertson, que afirma a su vez que existen ya evidencias biológicas que confirman que las experiencias en adultos son almacenadas y transferidas a los gametos masculino y femenino antes de producir un nuevo cigoto.

La razón de esta transferencia de hábitos podría estar en la supervivencia de la especie. Para las crías es importante nacer con ciertos buenos hábitos que han permitido a sus progenitores sobrevivir generación tras generación. “Los genes son el patrón de la evolución y esa percepción no va a cambiar, pero existe otro nivel, que sería la decoración de los genes, como la guinda del pastel por poner un ejemplo, que ofrece otra capa de información sobre la supervivencia”.

Imágenes | Wikipedia

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