La compañía Hyperloop One, pionera en esta forma de transporte, se ha asociado con una empresa rusa y con las autoridades del país para construir un transiberiano con esta tecnología.
Entre las compañías que trabajan en la consecución del futurista medio de transporte conocido como Hyperloop destaca la startup californiana Hyperloop One. El nombre no la haría representativa de este nuevo medio de transporte aún por materializar si la compañía no hubiera dado pasos para ser reconocida como pionera. Y es que han sido sus científicos los que llevaron a cabo la primera prueba de propulsión en abierto conducida con éxito.
Ahora la gente de Hyperloop One está yendo más allá. Ha saltado las fronteras estadounidenses para asociarse al otro lado del Atlántico –tal vez sería más exacto decir al otro lado del Pacífico– con la empresa rusa Summa Group y con las autoridades de este país. El objetivo: llevar el sistema hyperloop a Moscú y, a largo plazo, implantarlo como alternativa al transiberiano.
El primer reto es el de llevar hyperloop a Moscú. La capital es enorme y se tarda demasiado en recorrer las largas distancias. El nuevo medio de transporte tendría la capacidad de aligerar los trayectos y facilitar la vida diaria a los 16 millones de personas que viven en la ciudad. Eso sí, no se podrían alcanzar los más de 1.200 Km/h en zonas urbanas. Un trazado plagado de curvas no permite acelerar hasta esta velocidad para después frenar y volver a recuperar. Además de técnicamente poco viable, a nivel energético no resultaría eficiente.
La compañía rusa con la que se ha asociado Hyperloop One, Summa Group, tiene negocio en múltiples áreas, desde la logística de los puertos a la ingeniería, pasando por la construcción o las telecomunicaciones. Además, la empresa juega un papel determinante en la crucial industria rusa del petróleo y el gas.
El siguiente paso tras Moscú sería el transiberiano. Se trata de un proyecto a largo plazo pero Hyperloop One lo estudia con esperanza. La compañía apunta que el nuevo medio de transporte podría unir China y Europa en un solo día. El trazado sería más sencillo de manejar que el que se implementaría en Moscú, pues a través de Siberia los tubos al vacío podrían empujar las cápsulas en línea recta, sin giros que obliguen a reducir la velocidad.
Si bien aún quedan ciertas dudas en torno a este medio de transporte que el visionario Elon Musk propusiera en un paper hace unos años. En particular preocupan las que se refieren al coste de la infraestructura, la duración de la misma y un posible impacto en la salud de las personas, si lo hubiera.
Imágenes: Hyperloop One