IA robot dj

La IA también se lanza a la pista de baile

La Inteligencia Artificial tiene un campo de aplicaciones tan amplio que podemos encontrarla en los lugares más insospechados. ¿Te gusta bailar? Si es así, en este post te contaremos cómo la IA también ha aterrizado en plena pista de baile “Last night a DJ saved my life”.

La IA se está usando para automatizar todo tipo de tareas, transformado de forma irrevocable la naturaleza del trabajo. Esto requerirá por nuestra parte de un importante esfuerzo de adaptación. Pero hoy vamos a hablar de un caso curioso, donde quien se adapta es el robot. Y no sólo el robot, sino también su “lugar de trabajo”. Karlovy Lazne, una de las discotecas más grandes de Europa Central, también es otro excelente ejemplo de adaptación.

Ocupa las 5 plantas de un edificio del siglo XVI que fue sede de unos baños públicos, un café y la editorial de un periódico, antes de caer en el abandono hasta reconvertirse en club a finales de los 90. Hace pocos meses, se hizo famosa al presentar su nuevo DJ. Uno muy particular: DJ Kuka.

DJ Kuka es un robot programado con una rutina semanal, donde se incluyen canciones predeterminadas, cambios de discos y ritmos a lo largo de la noche. El robot incluso se mueve para animar a la gente a bailar. DJ Kuka es un brazo robótico capaz de pinchar discos, crear mezclas según el ritmo de la música, y moverse rítmicamente para animar a la gente a bailar. No, no vamos a decir que “también baila”, pero, al menos, lo intenta.

Este DJ, tras “jubilarse” en una fábrica de coches, fue reprogramado como pinchadiscos. Cada semana se configura una rutina que incluye canciones, y cambios de discos y de ritmo durante toda la noche.

Como “buen robot” que se precie, es capaz de trabajar sin descanso y aguantar el ritmo hasta la hora de cierre del local. No cobra astronómicas cifras por sesión, y ha convertido a Karlovy Lazne en parada obligatoria para turistas y visitantes de la ciudad.

Aunque siempre hay un “pero”. Robot DJ no cobra regularmente, pero su coste fue bastante alto (y eso que era “reciclado”). Puede pinchar sin descanso, pero algunos usuarios echan en falta el “toque humano”. La creatividad y la empatía no son su fuerte. Sin embargo, no cabe duda de que se trata de un experimento interesante. La compañía KUKA demuestra su brillantez al conseguir reconvertir un brazo robótico industrial en un original DJ y la discoteca, su gran visión comercial.

Todo el mundo se hizo eco de la noticia y, como decía Salvador Dalí: «Que se hable de Dalí, aunque sea para bien».

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