India acaba de lanzar una nave espacial de pequeñas dimensiones que contribuya a la experimentación para desarrollar cohetes reutilizables.
El desarrollo de cohetes reutilizables está tomando cada vez más impulso. En los últimos meses se han conocido algunos hitos de la industria aeroespacial protagonizados por las empresas privadas SpaceX (fundada por Elon Musk) y Blue Origin (fundada por otro peso pesado del sector tecnológico, Jeff Bezos). Ahora es un país, India, el que muestra sus avances en este terreno.
Desde el estado de Andhra Pradesh, la India ha hecho despegar un cohete de dimensiones modestas para evolucionar en su programa de reutilización de naves espaciales. Se trata de un dispositivo de 1,75 toneladas y 7 metros de longitud. Estaba previsto que recorriera 70 Km antes de caer al mar.
Los responsables del proyecto no tenían intención de que este cohete aterrizara de nuevo, con el fin de reutilizarse. Su objetivo era más concreto y menos ambicioso. Sencillamente se trataba de experimentar con la tecnología desarrollada para evaluar el sistema de aterrizaje autónomo y saber más sobre la velocidad hipersónica (cinco veces superiores a la del sonido).
A partir de aquí la India pretende seguir mejorando en sus desarrollos para lograr obtener cohetes reutilizables en un futuro cercano. El presente modelo ha costado cinco años de trabajo y ha tenido un coste de 14 millones de dólares, relativamente modesto para los presupuestos que mueve la industria espacial.
La carrera por los cohetes reutilizables
Y es que el ajuste del presupuesto es uno de los motivos que empujan a conseguir estos cohetes reutilizables, con el fin de evitar perder millones de dólares en tecnología cada vez que uno de estos gigantes despega y se pierde después. Desde que en 2011 al NASA diera carpetazo a su programa de naves reutilizables este tipo de proyectos se ha diversificado.
En Japón, Europa y Rusia también se están haciendo pruebas para conseguir que el material que despegue no sea desechable. Pero realmente han sido las empresas privadas estadounidenses las que más están dando a conocer esta tendencia. Sus progresos se ven acompañados de campañas de promoción que han despertado el interés más allá del sector espacial.
SpaceX logró el pasado año aterrizar por primera vez su Falcon 9 tras llevar a cabo la misión que tenía prevista. Por si no fuera suficiente hito, Blue Origin –que antes ya había conseguido lo propio, aunque a una altura menor– logró que el cohete que lanzara e hiciera aterrizar pudiera volver a despegar (y aterrizar de nuevo).
Imágenes: