Un grupo de ingenieros de la Universidad de Durham y de Fraunhofer Institute han creado Proteus, un material sintético que no permite ser cortado.
La ambición por crear nuevos materiales con propiedades sobresalientes ha logrado un nuevo éxito. Es el fruto de un trabajo conjunto entre la Universidad de Durham, en Reino Unido, y el Fraunhofer Institute, en Alemania. Los investigadores han obtenido un compuesto que resiste a los intentos más agresivos de ser cortado o de penetrar su estructura. Lo han llamado Proteus.
El nuevo material sintetizado en el laboratorio tiene una estructura interesante. Consiste en una combinación de esferas cerámicas suspendidas en una base flexible de aluminio. Esto hace que Proteus no solo sea fuerte, también es ligero. Su densidad es solo el 15% de la posee el acero. Para crearlo el equipo de investigadores se ha inspirado en las conchas de mar. Estas tienen una composición que combina capas de carbonato cálcico integradas en una estructura orgánica blanda.
Proteus es capaz de dañar cualquier herramienta que se utilice para entrometerse en su estructura. En un vídeo se puede ver cómo mediante una radial se intenta cortar una pieza del material. El resultado es que la radial penetra hasta un determinado nivel, en el que ya no puede avanzar.
Esto ocurre de esta forma porque la capa exterior está diseñada para dar pie a la entrada de un mecanismo invasor. Pero por dentro las esferas de cerámica vibran con el fin de expulsar al agente invasor. Las partículas que se liberan de las esferas también se hacen fuertes en la base de aluminio, de forma que también retrasan los intentos de penetración.
Los investigadores creen que este material puede servir para estructuras que necesiten una alta protección, como cajas fuertes. Pero también se puede emplear en construcción, para asegurar determinados elementos.
Un nuevo material prodigio
El descubrimiento y la síntesis de materiales en el laboratorio con características prodigiosas se ha acentuado en los últimos años. El más famoso de todos es el grafeno, cuyas propiedades hacen soñar con una nueva era de la electrónica. Su superconductividad, así como su ligereza y su fortaleza lo convierten en un candidato ideal para todo tipo de proyectos en este ámbito. Pero aún faltan los desarrollos comerciales.
Hay otros materiales, por supuesto. Sin salir del carbono como elemento básico, se ha logrado llegar al carbino, más fuerte incluso que el grafeno. Igualmente sería una baza importante para avanzar en nanotecnología, pero queda tiempo para sus usos comerciales. Las esperanzas son muchas, como las nanoestructuras cerámicas, para el sector aeronáutico, o la nanocelulosa, también de alta resistencia.
