Irlanda se une a Reino Unido en la lucha de prohibir "próximamente" los motores de combustión. Al parecer, la medida incluirá la prohibición de la venta de coches de diesel y gasolina, pero también irá acompañada del fin del carbón en centrales eléctricas en ese mismo año.
La electrificación avanza imparable, y prueba de ello es que otro país más se ha sumado a prohibir los vehículos con motores de combustión a partir de una fecha «próxima». Reino Unido ya había anunciado una medida así de cara a 2040, fecha que se antoja muy lejana teniendo en cuenta los objetivos actuales de la acción del Acuerdo de París. En este escenario, ha sido el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, quien ha anunciado que Irlanda prohibirá la venta de motores de combustión en 2030.
Según Varadkar, la medida incluirá la prohibición de la venta de coches de diesel y gasolina, pero también irá acompañada del fin del carbón en centrales eléctricas en ese mismo año. El político ha hecho mención a las dos variantes, pero no a los motores híbridos, que sí se prohibirán en Reino Unido. Siendo los motores híbridos capaces de emitir cantidades similares, lo lógico sería que también dejaran de venderse.
Un duro camino para la industria
Aunque muchos países aún no se hayan posicionado tan claramente, se espera que, por dinámicas del mercado, los motores diesel vayan desapareciendo próximamente, ante escándalos de emisiones como los protagonizados por el grupo VAG con Volkswagen a la cabeza. Lo que no parce probable es que vaya a producirse pronto una prohibición de circulación de vehículos con motores, pues si a día de hoy se siguen vendiendo, las indemnizaciones de una pronta retirada serían muy costosas.
Lleguen antes o después, el público tendrá tiempo de tomar decisiones con información detallada en profundidad, pero no será quien tenga más prisa. Ese lugar lo ocuparán los fabricantes de vehículos, que verán como, en apenas 10 años, su negocio va a cambiar completamente, pues la electrificación no es sólo una elección como diesel o gasolina, sino que require de grandes reestructuraciones a nivel de producción, logística, concesionarios o servicio técnico.
La industria del automóvil puede tomar la postura de trabajar mucho por una transición fluida (que, en su seno, ya tendría que haber comenzado hace mucho); o tomar la postura de BlackBerry y Nokia frente al iPhone, esa que durante un par de años les reportó enormes resultados frente a Apple, pero que en el fondo no era más que alargar un modelo caduco. Y con el asunto de los motores de combustión no es cuestión de gustos, sino de ecología, ahorro y comodidad.
