Irony Man

Irony Man: un robot con sentido del humor

Un grupo de investigadores de la Universidad de Augsburgo crea un robot capaz de comunicarse a través de la ironía y el humor. Eso sí, por ahora, sin filtros.

La frialdad es algo generalizado dentro del mundo de la tecnología. El aspecto aséptico de la gran mayoría de elementos científicos y tecnológicos que componen nuestro día a día ha generado en el imaginario global una concepción del futuro blanca y pálida, sin señal de emoción ni sentimiento.

Por ello, las veces que interaccionamos con robots, nuestra mente los reconoce simplemente por la entonación que son capaces de poner. Es decir, incluso el humanoide más perfeccionado hasta el momento está falto de esa fluidez tan personal como la que tenemos todos y cada uno de los habitantes de la Tierra.

Una tradición que genera, que ante la mínima posibilidad de existencia de un ser robótico con cierta gracia y naturalidad, el ser humano reaccione de manera incluso agradecida. Sobre todo porque sus rasgos emocionales en la comunicación se ven correspondidos, aunque sea de manera torpe e infantil.

Irony Man

Robots irónicos para ganarse a las personas

Es en este sentido en el que un grupo de investigadores de la Universidad de Augsburgo ha creado un robot capaz de ejercer la ironía durante las conversaciones. Su nombre es Irony Man, y ha causado tanto furor dentro de las pruebas realizadas, que las personas que han interactuado con él han salido completamente descolocadas de los simulacros.

Este invento se ha hecho posible gracias a la propuesta de estos investigadores, los cuales demandaban una mayor calidad en la atención robótica frente a los seres humanos. Para ello, han dotado a este pequeño robot, Irony Man, de sentido del humor, con el fin de hacer más amena la comunicación de éste con la sociedad. Se buscaba principalmente la fluidez de la que hemos hablado con anterioridad. Dotar de humanidad a un componente tecnológico.

Y, en principio, se ha conseguido, pero, por lo visto, Irony Man no tiene filtro, recalca la ironía constantemente, sea cual sea el estado de su interlocutor. Por lo tanto, por ahora se encuentra en un período de pruebas, porque, a fin de cuentas, se trata de un robot con un humor tan fino que es incapaz de empatizar con sus pares humanos. Siendo esto un problema comunicativo, siempre y cuando se quiera que el objetivo del emisor sea «caer bien» a su interlocutor.

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