Apple ha lanza Clips para acercarse a un público más joven y un nuevo iPad con el que recuperar el trono del mercado de la educación y los usos sencillos del hogar.
Apple perdió, pese a intentarlo levemente, la carrera de las redes sociales. Su fallida incursión en ese mundo fue Ping, un servicio que, integrado en iTunes, pretendía ser un intermediario entre usuarios y artistas, de manera que los primeros siempre estuvieran informados de manera oficial. También servía como herramienta para descubrir nuevos grupos gracias a recomendaciones y compras de amigos. Algo bastante similar a lo que a día de hoy puede encontrarse en Spotify.
Tras cerrar Ping y no contar con ninguna plataforma propia, Apple se ha querido acercar al público millenial con Clips, una aplicación sencilla de edición de vídeo que integra las características clásicas de este tipo de aplicaciones junto a filtros o efectos especiales que recuerdan a añadidos propios de Instagram o Snapchat. Apple se conforma con no tener una red social, pero no quiere perder protagonismo en el «nuevo» mundo de Internet, y a partir del próximo mes, cuando se lanzará oficialmente, Clips formará parte de él.
Como detalle curioso, Apple no promociona a Snapchat como plataforma donde compartir las creaciones hechas con Clips, y sí a Vimeo. El daño de Instagram Stories se va consolidando.
Por otra parte, Apple ha vuelto a poner toda (o casi) la carne en el asador de la educación con un nuevo «iPad a secas» pensado para todos los públicos, pero con un precio en Estados Unidos (329 dólares) que le hará muy apetecible para unas aulas en las que estaba perdiendo la guerra contra la propuesta de Google, los económicos Chromebooks.
El [nuevo iPad[(http://www.apple.com/es/ipad-9.7/), que sería el quinto en llamarse así, fuera de las líneas Air y Pro, tiene verdaderamente poco de nuevo. Su chasis y pantalla son los del iPad Air de 2013, su lector de huellas y Touch ID y cámaras son las del iPad Air 2, su chip es el de los iPhone 6s y 6s Plus y no incluye soporte para Apple Pencil o conector magnético para teclados.
Pese a este menor equipamiento, este iPad será no sólo la mejor tablet por su precio, también mucho mejor que otras de gama superior que compiten con modelos superiores como el iPad Pro. La potencia no es un problema, y a buen seguro será un superventas, pero pensando en que la educación es el público al que va dirigido, el conector magnético se echará de menos a la hora de conectar teclados, que tendrán que ser Bluetooth sí o sí, lejos de la conveniencia del conector estrenado con el iPad Pro. El mercado general necesita un iPad «barato» como este pero, sobre todo, un software que por fin esté a la altura. Para ver si llega habrá que esperar a la WWDC 2017.
