El sistema operativo alcanza su cuota de mercado más alta en España desde que se conocen datos. Junto con iOS, se consolida un duopolio difícil de combatir en este momento.
Android ha tocado techo. Según datos de un estudio de Kantar Worldpanel, desde febrero a abril de 2016, la cuota de mercado de este sistema operativo en nuestro país es la más alta conocida, con un 93,9% en la venta de nuevos smartphones, mientras que Apple disminuye su participación en el ranking y se tiene que conformar con un 5,5% del pastel. Los dos gigantes dejan a Windows bastante a la cola, que se queda con un pobre 0,5%. Android roza el 80% de cuota en países como Francia, Alemania e Italia, en los que recorta buena porción a Windows, que tenía una presencia importante en esos mercados. Esta cuota del 80% no es la mayor que ha alcanzado Android, que junto a iOS se hace con el 95% en gran parte de los mercados, tanto dentro de Europa como fuera.
En Australia este tándem se queda cerca del 97% de cuota, y en Estados Unidos pasa del 97%, mientras que en el concierto asiático el dominio de estos dos sistemas operativos es arrollador: más de un 98% en China y un escandaloso 99% en Japón, el único país en el que este sistema operativo no ha crecido. La presencia de Windows es desoladora en la mayor parte de los países, sobre todo en España, Italia y Francia, con una participación del 0.3% en este último mercado.
Windows contribuye al dominio de Android
Este sistema operativo demuestra que está en una grandísima forma en nuestro país, mostrando un 89,9% de cuota de mercado de un 92,9% de enero a marzo de 2016. Según este mismo informe de Kantar, Samsung continúa siendo la marca de smartphones más vendida en España, seguida de Huawei, BQ, LG y Apple. Android está viviendo un gran crecimiento anual en un ámbito muy saturado como es el de smartphones, especialmente en Europa y Estados Unidos.
La amenaza de los competidores es clave en cualquier mercado, pero Android maneja muy bien esta fuerza. No está teniendo demasiados problemas para desbancar al resto de sistemas operativos. Entre Android e iOS se ha conseguido una gran distancia con respecto a Windows, para el cual cada vez se desarrollan menos apps. La ambiciosa estrategia de esta compañía no ha dado de momento los frutos esperados, y lo que parecía un planteamiento sólido y disruptivo ha terminado por ser demasiado arriesgado. La universalidad de sus aplicaciones no ha terminado de funcionar, quizá por tener demasiado en cuenta la relación del smartphone con el PC.
Por otra parte, los desarrolladores de apps no se han volcado en este sistema operativo, y la tienda de aplicaciones ha recibido gran cantidad de críticas. Les queda la posibilidad de adaptar apps para que los desarrollos de aplicaciones puedan mudarse a Windows sin demasiado problema. Es evidente que Google ha sabido fidelizar a sus clientes, igual que Apple, aunque la cantidad de estos sea enormemente mayor en el primero que en el segundo. El interés está ahora en el terreno que podrá ganarle el uno al otro, y aquí jugarán un papel muy importante los nuevos mercados y los nuevos productos.
Queda por ver si Microsoft puede remontar con nuevas estrategias en este mercado tan concentrado.
