La inversión de GE (General Electric) en impresión 3D pone de relieve las esperanzas puestas en esta tecnología.
Si hay una compañía que sea sinónimo de industria esa es General Electric. Desde sus inicios a finales del siglo XIX, cuando Thomas Alva Edison agrupó una serie de desarrollos comerciales bajo una empresa que llevaba su nombre, GE ha ido creciendo mediante fusiones, expansión y operaciones de diversificación. Pero no ha perdido sus raíces, que entroncan con la Segunda Revolución Industrial. Y hoy en día, entre sus muchas actividades, destaca la investigación de maquinaria y procesos industriales.
En su ambición por no perder ningún tren, General Electric invierte en múltiples tendencias que asoman al mercado. El caso de la impresión 3D es uno de los que más ha interesado a la compañía en los últimos años, pues desde 2010 lleva invertidos alrededor de 1.500 millones de dólares.
Esta cifra pone de relieve el interés de la compañía, que ha quedado más que patente cuando hace poco ha anunciado un salto en la inversión. GE ha comprado dos empresas de impresión 3D por 1.400 millones de dólares. Es decir, de una estocada ha desembolsado la misma cantidad que había invertido a lo largo de los últimos cinco años.
La inversión de GE ha traído a su redil a la sueca Arcam AB y a la alemana SLM Solutions Group. Ambas están especializadas en maquinarias relacionadas con la impresión 3D. La primera ha inventado una máquina que funde materiales metálicos mediante un flujo de electrones y también produce diferentes tipos de polvo de metal, que se pueden usar en el proceso de producción.
SLM Solutions fabrica máquinas láser especializadas en el proceso de impresión 3D con metales. Esta última trabaja en las industrias de automoción y energética –donde GE tiene un negocio nutrido–, pero también en los sectores salud y aeroespacial. En estos dos últimos también tiene una fuerte presencia Arcam AB.
Lo que está por venir
No cabe duda de que la impresión 3D no es únicamente una tecnología que sirve a los más entusiastas para experimentar en su casa. Se trata de un método de producción que puede complementar e incluso sustituir un buen número de procesos de fabricación.
Al menos es lo que deja traslucir la inversión de GE, de quien se dice que tiene previsto comprar 1.000 nuevas máquinas de impresión 3D en la próxima década. Respecto a la presente inversión, la compañía podría ahorrar entre 3.000 y 5.000 millones de dólares con las dos compras que ha hecho. Costes que se reducirían en el diseño y los materiales. Mientras que también podría barajar el convertirse en proveedor de máquinas de impresión 3D e incluso materiales para surtir estas impresoras.
Imágenes: Unknownet Photography y k1rsch