GravityLight es un proyecto destinado a alumbrar los hogares de personas sin recursos y sin acceso a la electricidad. Funciona gracias a la gravedad.
En todo el mundo, más de una persona de cada cinco no tiene acceso a la electricidad. Lo que en gran parte del planeta es una comodidad básica, en algunos lugares su ausencia es fuente de dificultades cotidianas. Los niños tienen que repasar la lección escolar a la luz de las velas y las lámparas de keroseno iluminan las labores domésticas tardías, viciando el ambiente con sus gases tóxicos y su fuerte olor. Precisamente en lo que se refiere a la luz, una campaña de crowdfunding propone una solución: GravityLight.
De un primer vistazo el nombre no aclara mucho, sin embargo, refleja exactamente la genialidad de este invento. GravityLight es sencillamente la generación de luz a partir de la fuerza de la gravedad. Esta lámpara no necesita sin luz solar ni batería alguna para funcionar. Su sistema eléctrico se desprende así de la dependencia de estos recursos que podríamos calificar de escasos, en tanto el sol no luce de noche y una batería tendría que cargarse enchufándose a la red o mediante un mecanismo de dinamo.
GravityLight recuerda a aquellas linternas propicias para ir de acampada, cuando en plena noche, en la tienda de campaña alguien tenía que recurrir a ejercicios forzados de manos (sin placer de por medio). La carga se producía mediante una pequeña dinamo y duraba unos pocos minutos. En este caso la luz se prolonga entre 20 y 30 minutos.
En este caso, en lugar de dar cuerda manualmente se utiliza un peso muerto para hacer funcionar el LED de GravityLight. El sistema de esta lámpara consiste en colgar una bolsa de piedras o arena de 12 kilos a un cordón de bolas que se conecta con el mecanismo de la luz. El movimiento y la fuerza de la carga ponen en marcha un engranaje conectado a un generador eléctrico.
De esta manera se enciende la luz y permanece así hasta que la carga toca el suelo. Cuando esto sucede solo hay que tirar del otro extremo del cordón para alzar de nuevo el peso muerto y que el movimiento hacia abajo vuelva a comenzar. Los creadores de este invento han creado una campaña en Indiegogo para financiarlo. Su objetivo es llegar a los 199.000 dólares. Se trata de la segunda versión de GravityLight, más robusta y duradera, incluso más brillante. La primera se probó en 1.300 hogares de 26 países y más de un 90% de quienes la usaron la prefieren a las lámparas de keroseno.
Algo más que un producto
Las lámparas de keroseno son la primera opción en muchos lugares donde no llega la electricidad. Pero tienen múltiples inconvenientes. Aparte de la contaminación y el mal olor, el keroseno consume un 30% de los ingresos de una familia, según los creadores de GravityLight. Esta situación se da en familias que sobreviven con unos pocos dólares al día.
La retirada de las lámparas de keroseno, por tanto, supone un ahorro sistemático para estas familias. Pero los fundadores del proyecto han querido ir más allá. No solo se trata de distribuir el producto, quieren que su invento repercuta dinámicamente en las economías locales de los países donde se usará.
Para conseguirlo han llegado a un acuerdo con un fabricante local de Kenia, con el fin de producir allí GravityLight, crear puestos de trabajo y desarrollar las habilidades de la población. Hay otras necesidades que no se podrán cubrir hasta que no llegue el tendido eléctrico a los hogares, pero para la luz ya hay una solución en marcha.
Imágenes: Klemen Misic y GravityLight