Impresión láser

La Mona Lisa cabe en un pixel con esta tecnología de impresión

Mediante este proceso de impresión láser es posible reproducir la Mona Lisa en menos de un pixel.

La Universidad Técnica de Dinamarca ha creado un proceso de impresión láser basado en nanotecnología que permite generar imágenes de una gran calidad en unas dimensiones minúsculas. Para demostrar sus avances los investigadores responsables del proyecto han reproducido la Mona Lisa en un tamaño menor que el de un pixel en la pantalla retina de un iPhone. La obra más famosa de Leonardo Da Vinci y posiblemente el cuadro más reconocible de toda la historia han cabido en un espacio ínfimo.

El logro ha sido posible gracias a la tecnología de impresión láser, que han desarrollado los científicos de la Universidad Técnica de Dinamarca, y cuyas cualidades resultan sobresalientes en comparación con lo que estamos acostumbrados. Si nos ponemos técnicos podemos hablar de que el proceso alcanza una resolución de 127.000 puntos por pulgada. Para tomar consciencia de la enormidad de esta cifra la podemos comparar con la resolución que tiene una revista impresa, que suele andar en los 300 puntos por pulgada (ppp). Otra referencia pueden ser los móviles, si tomamos al iPhone 6s Plus, su pantalla cuenta con 401 ppp.

Este proceso de impresión láser se lleva a cabo a nanoescala. Se necesita una estructura de filas con pequeñas columnas, cuyo diámetro es de unos 100 nanometros. El láser se transmite de columna en columna y la temperatura puede alcanzar los 1.500 grados durante algunos nanosegundos.

Impresión láser

La superficie sobre la que se va a imprimir está cubierta con una capa de 20 nanómetros de aluminio y la intensidad del láser determina los colores que se grabarán. Si la intensidad es poca la deformación de las nanocolumnas –sobre las que se aplica el láser en un principio- será menor, dando como consecuencia colores azul y morado. Mientras que una gran intensidad conducirá a colores como el naranja o el amarillo.

Cuando las columnas cambian lo que se modifica es su geometría, con lo que también varía la forma en que absorben la luz. Es precisamente la luz que no resulta absorbida la que ven los ojos (si pudieran percibir algo a nanoescala).

Entre las aplicaciones que tiene este desarrollo está el guardar información que resulta invisible al ojo humano, pero que no deja de estar ahí. Números de serie o códigos de barras de productos y otras informaciones podrían emplearse para luchar contra el fraude. Se podrían detectar con más facilidad las copias falsas.

Esta no es la única investigación que ha estudiado la impresión a escala nanométrica. Un equipo de científicos en Suiza generó mediante la tecnología de chorro de tinta una imagen de un pez payaso (sí, el de Nemo) cuya anchura era la del grosor de un papel. La reproducción tenía un tamaño de 0,003×0,005 pulgadas y la resolución era de 25.000 ppp. Para la impresión se usó tecnología de puntos cuánticos y cada punto de la imagen estaba separado por 500 nanometros.

Imágenes: jacob.helwig y fdecomite

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