Las energías más limpias y sostenibles son aquellas que vienen de las fuentes más numerosas y que podemos encontrar en cualquier lugar del mundo.
Agua del mar, agua dulce y una membrana de tres átomos de espesor; estos son los ingredientes de la nueva energía limpia que se une a la lista de las renovables que ya conocemos. La energía osmótica, que de momento está en desarrollo por científicos del EPFL, pronto podrá verse desarrollada en cualquier lugar del mundo que disponga de estos tres factores.
En términos generales, la energía eléctrica se produce cuando el agua dulce entra en contacto con el agua salada a través de esta delgada membrana. Los resultados de la investigación, publicada en Nature han determinado que dicha membrana, con características impermeables, es única en su tipo capaz en hacer circular los iones de sal con el perfecto equilibro como para alcanzar la osmosis.
La membrana está compuesta por disulfuro de molibdeno, un elemento de la naturaleza, y «agujereada» con millones de nanoporos a través de los cuales circulan los iones de sal. Hasta que las concentraciones de sal de ambos fluidos no son iguales, su actividad no cesa. Y las corrientes de agua nunca paran, por lo que su producción de energía es infinita. Por tanto, la energía se obtiene a través de la transferencia de electrodos, una fuente limpia y renovable.
La clave del proceso se encuentra, precisamente, en el grosor de dicha membrana; elemento en el que los investigadores han tenido que jugar a la prueba e error. Si era demasiado grande, los iones no circulaban; y lo mismo a la inversa.
¿Y su utilidad? El potencial, como el de cualquier renovable, es enorme e infinito. Según los cálculos de los científicos, una membrana de, aproximadamente, metro y medio de superficie sería capaz de alimentar unas 50.000 bombillas de bajo consumo.
Sin embargo, ¿dónde podríamos almacenar la suficiente agua como para hacer escalable esta producción de energía? La respuesta es simple: aquellos lugares en los que el agua de los rios desemboca en los mares. Es decir, en los estuarios. Lugares en los que, de día y de noche, exista viento o no, siempre fluye el agua.
Demos la bienvenida a un nuevo tipo de energía que podría ayudar, en un futuro próximo, a depender menos de los combustibles fósiles.