Tendrán que pasar todavía algunos años para que la tecnología se convierta en una extensión de la persona. Pero no demasiados. Hacer previsiones es siempre complicado en este mundo en constante transformación. Algunos expertos calculan que el 85% de los empleos de la próxima década no existen todavía. Lo que sí podemos ya constatar, pese a las opiniones de los más escépticos, es que la transformación digital generará más empleo.
La propia CEOE afirma en uno de sus informes prospectivos sobre el mercado laboral que las empresas digitalizadas son más productivas (un 10% aproximadamente), duplican las exportaciones y generan mucho más empleo que aquellas que no han evolucionado en sus procesos de producción. En definitiva, que triunfarán aquellas compañías que mejor se adapten a los cambios tecnológicos.
El Marcador de Transformación Digital de la Comisión Europea, correspondiente al año 2017, ofrece datos también interesantes sobre este nuevo desafío. Para empezar, el 64% de las empresas consultadas considera positivo el uso de las innovaciones digitales, más de la mitad reconoce un aumento de la facturación como consecuencia de ello y un 14% dice haber obtenido un incremento en la productividad por encima del 20%. El estudio también constata una mayor receptividad a los cambios en las empresas con mayor volumen de negocio. Las empresas más pequeñas – según el estudio realizado por KPMG en colaboración con la CEOE en el mes de junio – son las más reticentes a los cambios y sólo un 20% de las Pymes españolas considera la innovación como una prioridad estratégica.
El barómetro de la CE subraya, por otra parte, que más del 40% de las compañías encuestadas ha comprobado que la digitalización ha mejorado la experiencia y la relación con los clientes, así como el nivel de competitividad. También – y esto es lo más importantes – han creado nuevos empleos. Las empresas, al abrir nuevos mercados, se ven obligadas a incrementar sus servicios e incorporan más mano de obra cualificada, como ingenieros, informáticos, etc.
Volviendo al Marcador de Transformación Digital de la Comisión Europea, podemos comprobar que los cambios refuerzan esta misma tendencia generadora de empleo. El 54% de las compañías consultadas en este estudio demoscópico asegura haber mantenido o incrementado el número de trabajadores, gracias a la digitalización, mientras que el 60% afirma que paralelamente a esos procesos de transformación digital, han podido destinar una parte considerable de su presupuesto a mejorar la formación y a aumentar las competencias de sus empleados.
Como señala David Shing, estratega del gigante AOL, grupo especializado en servicios de Internet, en una entrevista realizada durante el congreso Digital Enterprise Show, “tienes que tener claro para qué vas a cambiar; saber cómo se comporta tu marca y cómo puedes mejorar tu relación con los clientes a través de la tecnología”. Shing también apuntaba en esa entrevista lo siguiente: “Hace falta cambiar la mentalidad, que la tecnología esté en el centro de las decisiones, de la idea de la empresa y no solo a nivel ejecutivo, sino empapando a los trabajadores”.
Si bien es cierto que las tecnologías pueden generar más empleo y demandar un perfil laboral que antes no existía, tampoco conviene hacer generalizaciones. Hay sectores o tipos de negocio en los que la transformación digital y el impacto de las nuevas tecnologías dejan en la calle a los trabajadores menos cualificados. En el futuro existirán trabajos que hoy ni siquiera estamos en condiciones de imaginar. Y esos nuevos trabajos servirán para paliar la pérdida de otros que se quedan en el camino de ese imparable proceso de innovación.