¿Qué nuevo avance científico cambiará nuestro día a día? Un panel de expertos del World Economic Forum señala las diez tecnologías emergentes de 2015.
¿Qué avance científico y tecnológico será el siguiente en cambiar nuestro día a día? ¿Cómo nos ayudará la tecnología en nuestra vida? Estas son algunas de las cuestiones que se plantearon expertos del World Economic Forum. Para ello identificaron potenciales aplicaciones y descubrimientos, con el objetivo de facilitar su regulación, inversión y difusión a la sociedad.
En el listado de las diez tecnologías emergentes de 2015 existe una gran variedad. Encontramos, por ejemplo, avances relacionados con la energía o la robótica, que complementan interesantes proyectos de I+D+i en campos como la genética, los drones o la inteligencia artificial. De acuerdo al informe del panel de expertos, éstas son las áreas que marcarán el futuro:
La llegada de los coches de hidrógeno
Considerados como la eterna promesa dentro del sector del automóvil, los coches de hidrógeno podrían llegar en 2015 con precios en torno a los 70.000 dólares. Estos vehículos no liberan sustancias nocivas por los tubos de escape, por lo que se consideran menos contaminantes que los coches diésel y gasolina.
En el mercado ya hay algunos prototipos, como el Mirai de Toyota o el Tucson Fuel Cell de Hyundai. La recarga de la pila de hidrógeno se realiza en cuestión de minutos, presentando una duración para 650 kilómetros. Su atractivo plantea también otro desafío: el desarrollo económico de hidrógeno a escala industrial.
La producción a partir de combustibles fósiles no es sostenible desde el punto de vista ambiental, por lo que se necesitan buscar alternativas eficientes que no comprometan el cuidado de la naturaleza. Ése tal vez sea el reto principal del primer avance en nuestra lista de tecnologías emergentes.
La nueva generación de robots
La robótica es otro de los campos considerados por los expertos del World Economic Forum. Según su estudio, los nuevos robots dejarán el ámbito industrial para mejorar sectores como la agricultura o la biomedicina. Con este objetivo, incorporarán avances como la tecnología del GPS o el diseño inspirado en estructuras biológicas para incrementar su precisión y flexibilidad.
Plásticos que pueden ser reciclados
Un termoplástico es un tipo de plástico que se vuelve deformable o flexible a temperaturas relativamente altas. Esta capacidad, sin embargo, va perdiéndose si se funde y moldea varias veces. Y aunque son sumamente utilizados en numerosas aplicaciones de nuestro día a día, no pueden ser reciclados.
Hasta ahora. Una investigación publicada en Science en 2014 anunciaba el descubrimiento de la polihexahidrotriazina, un nuevo polímero reciclable y ultrarresistente. Sus propiedades, entre las que destacan la resistencia, la rigidez o la dureza, hacen de este plástico un material interesante para ser aprovechado a nivel industrial.
La ingeniería genética más precisa
Otra de las tecnologías emergentes, de acuerdo al panel de expertos, está relacionada con la ingeniería genética. La llegada del sistema CRISPR-Cas9 y otros avances (como ZFNs o TALENS) permite la modificación genética a la carta de una manera más precisa, rápida y segura.
Este adelanto de la biología molecular presenta nuevas e interesantes aplicaciones, como la cura de enfermedades mediante la edición del genoma o el desarrollo de mejores modelos para estudiar procesos patológicos. Un avance que, curiosamente, nació en un yogur, pero que podría revolucionar campos como la salud, el medio ambiente o la minería.
Fabricación aditiva… o la revolución en 3D
En este listado de tecnologías emergentes no podía faltar la impresión 3D. Tradicionalmente, la industria había fabricado bienes y productos de una forma directa: escoger un material, separarlo en capaz o trozos y a partir de ahí producir la pieza escogida.
La llegada de las impresoras en 3D permite cambiar la manufactura convencional. A partir de ahora podemos fabricar diferentes elementos y unir dichas piezas para fabricar un determinado producto. La innovación disruptiva que supone la impresión tridimensional es, sin duda, clave para entender la revolución tecnológica de la próxima década.
La inteligencia artificial llega a tu coche
Vehículos autónomos, reconocimiento de voz en el smartphone o drones que vuelan por sí solos. ¿Te suenan estos avances? Son producto de la investigación en inteligencia artificial, un campo puntero según los expertos. Estos sistemas son capaces de percibir y responder ante los cambios del ambiente, un paso enorme en relación al software tradicional.
Al igual que ocurre con los nuevos robots, los avances en IA nos permitirán mejoras significativas en nuestro día a día. Por ejemplo, se cree que los vehículos autónomos reducirán el número de accidentes de tráfico o que las máquinas inteligentes podrán conplementar el trabajo de los profesionales en el diagnóstico médico. Asombroso, ¿verdad?
Las fábricas online y el movimiento DIY
Otro de los aspectos considerados por los expertos es el cambio en la economía, que tiende a ser más social y colaborativa. En ese sentido, la irrupción del movimiento DIY con las impresoras 3D puede cambiar por completo la forma en la que fabricamos, vendemos y consumimos productos.
Según señalan en el informe, esta revolución también mejorará la eficiencia en el uso de recursos. Pasaremos de la fabricación masiva a la producción limitada a nuestras necesidades y circunstancias. Esto también tendrá un impacto ambiental significativo, mejorando nuestra sostenibilidad.
Los drones vuelan alto
Los vehículos aéreos no tripulados también son considerados en esta lista de tecnologías emergentes. Sus aplicaciones en emergencias sanitarias o en agricultura de precisión podrían incrementarse con la llegada de los drones autónomos.
De acuerdo al World Economic Forum, si consiguiéramos que volaran de forma autónoma y no colisionaran, los drones también podrían utilizarse allí donde el ser humano no llega. Destacan, por ejemplo, su potencial uso en la revisión de líneas eléctricas, en el envío de productos médicos en emergencias humanitarias o la monitorización a gran escala de las cosechas.
Ordenadores que imiten al cerebro humano
«Ningún supercomputador actual puede llegar a rivalizar con lo sofisticado que es nuestro cerebro», señalan los expertos. Cuando todavía la ciencia trabaja por conocer mejor cómo funciona nuestra mente, a través de iniciativas como el Human Brain Project, la informática aspira a parecerse algún día a la máquina que tenemos por cerebro.
Una de las líneas de trabajo se basa en la miniaturización de los dispositivos electrónicos que emplea la industria. La idea es tan sencilla como compleja: que un minúsculo sistema sea capaz de procesar y almacenar información. En ese sentido, el chip TrueNorth de IBM presentado en agosto de 2014 es cientos de veces más eficiente que una CPU convencional. Su desarrollo marca el camino que seguirá la computación: mimetizar cada vez mejor al cerebro.
Digitalizar el genoma
Last but not least. La recopilación del panel de expertos termina con un avance esperado durante años: la secuenciación del genoma humano, su análisis y almacenamiento en un sencillo pendrive. La disminución del coste en la lectura del ADN ha posibilitado mejoras importantes en el ámbito biomédico.
Es probable que veamos en breve la gran revolución de la secuenciación genómica y de la bioinformática. Algún día será posible analizar más rápidamente nuestro ADN, mejorando también el diagnóstico precoz y el tratamiento de enfermedades. Porque como con el resto de tecnologías emergentes, la innovación cambiará nuestra vida.
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