Las motos del futuro basadas en inventos centenarios

Del pasado más tradicional al futuro más tecnológico. ¿Cómo se integra todo esto para mejorar la seguridad?

Uno de los mayores dramas de la conducción son las víctimas mortales que unas malas prácticas, una flota de vehículos muy antigua y no respetar a los otros conductores generan cada año. En cifra descendente desde hace ya mucho tiempo, las totales siguen siendo demasiados. Sobre todo para uno de los colectivos más afectados: los motoristas. Estos fueron los únicos que durante 2015 aumentaron el número de víctimas respecto a años anteriores.

Y es que uno de los mayores problemas de estos vehículos es su alta inestabilidad. Sostenidas sobre dos ruedas, las motos no tienen la capacidad de soportar un golpe y mucho menos mantenerse en pie. El problema es que los amantes de las motos no quieren dejar de usarlas, por lo que la solución pasa por encontrar un término medio que esté entre lo más esencial del espíritu de las motos, la flexibilidad que aportan,  y la seguridad. Ya desde San Francisco se está intentando evitar esta cuestión y Lit Motors, nacida de la imaginación de Danny Kim, busca llevar un paso más allá a este gran sector del transporte. En esencia no difieren mucho de una moto tradicional, pero sí han añadido algo nuevo y que nunca antes se había usado en este vehículo pero que lleva inventado desde hace siglos: el giroscopio.

Giroscopio- Universidad Autónoma de Madrid
Giroscopio- Universidad Autónoma de Madrid

El milagro de los giroscopios

Hasta ahora, el trabajo de sostenerse en pie corre a cargo de conductor de la moto. Por esta razón,  encontrar un mecanismo que se adaptase era necesario. Un curioso artilugio, conocido como giroscopio vino a dar la solución. Usado en la antigua Grecia, en Roma y en China hace cientos de años, su anatomía no ha evolucionado demasiado a lo largo de la historia, pero sí sus utilidades. Empleados como base para motores eléctricos y brújulas en sus versiones más o menos tecnológicas, la simpleza de este aparato se ha utilizado desde hace muchos años para ayudar a la estabilidad. Empezaron con los aviones, y ahora hasta los llevan implantados los mandos de las videoconsolas con sistemas electrónicos que permiten combinar la mecánica tradicional con sensores de aceleración, y de esta manera obtener información sobre la dirección y la detección de movimiento.

Funcionando de una manera muy peculiar, hay momentos en los que desafían a las leyes de la gravedad con movimientos imposibles. Pero lo más importantes es que, dentro de su caótico movimiento, mantienen siempre su estabilidad con una combinación de fuerzas que difieren y se enfrentan. Y de esta «lucha» es de la que se sirve Lit Motors que, incorporando un gran giroscopio a la base de la moto son capaces de evitar que, por muy duro que sea el golpe o inestable sea el suelo, esta vuelque.

 

Imagen: Lit Motors

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