En 2016 ya hemos derribado la mayoría de los molinos de viento, el Cloud ha resultado no ser una simple moda, es parte fundamental de los nuevos modelos de negocio. Te contamos como dar el salto fácil a la nube
Las personas que hablaban sobre Cloud Computing hace unos años -que comenzaban a migrar sus sistemas y servicios a este nuevo modelo- podrían considerarse visionarios, yo diría incluso que me recuerdan a humildes hidalgos de la mancha, al más puro estilo de Don Quijote. Estas nuevas ideas estaban en sus imaginarios, pero no todos eran capaces de ver cuán de importante sería esta revelación.
En 2016 ya hemos derribado la mayoría de los molinos de viento, el Cloud ha resultado no ser una simple moda, es parte fundamental de los nuevos modelos de negocio. La cohesión entre tecnología y estrategia nunca había tomado tanta relevancia para imaginar el futuro de las compañías. Necesitan la nube para ser flexibles, da igual que la empresa acabe de nacer o que sea centenaria: adaptarse o perecer.
En el ámbito altamente competitivo que vivimos, predecir el ritmo de crecimiento de una empresa no es sencillo. Si seguimos el modelo clásico, para crear las infraestructuras a nivel de tecnología que necesita un negocio o renovarla tendremos que hacer una importante inversión con vista a cuatro años (el tiempo en el que normalmente se amortiza el equipamiento). Si además se trata de una empresa de nueva creación… ¿nos sentimos capaces de predecir en una empresa sin histórico?
En un entorno Cloud, comenzamos con el sistema mínimo viable, si nuestra empresa crece las necesidades serán mayores, por lo que utilizaremos más recursos. Si nuestras necesidades cambian, se puede reducir el número de servidores y/o servicios pagando únicamente por el tiempo que los has utilizado.
El pasado miércoles me encontraba en Almería, dando una charla a clientes sobre los beneficios de “esto del Cloud”. Tras una demostración de despliegue de servidores uno de los clientes no cabía en su asombro, había hecho en 10 minutos lo que en su empresa se había tardado meses. Crear un centro de datos en la nube se puede ahora hacer a golpe de clic y en pocos minutos. Ha llegado el momento de decir adiós a aquellos sistemas monolíticos.
En una empresa ya instaurada es más habitual encontrarte con esos informáticos “Molino de viento” que pretenden seguir inmóviles, luchando contra los “hidalgos”, atesorando sus sistemas, pensando que así conseguirán la ansiada continuidad del negocio. Tendemos a pensar que tener ese sistema cerca (en nuestras propias instalaciones) es lo más seguro para nuestra empresa.
La realidad es que tener la información en un centro de datos de alta seguridad profesional tiene muchas ventajas, ya que en ellos los sistemas están redundados (duplicados) para asegurar que sigan siempre en funcionamiento y la información esté siempre disponible.
Te das cuenta de la importancia de esto cuando ese sistema que contiene “tu empresa” pierde la conectividad, la luz o alguna de sus piezas llega al final de su vida. Esto desemboca en una parálisis del negocio, sea cual sea su naturaleza o tipología: desde un mecánico que no puede hacer presupuestos hasta una asesoría que no tiene acceso a la información de sus clientes.
Las empresas para ser competitivas necesitan una disponibilidad lo más cercana al 100%, ya que si tu proceso está caído y el de la competencia no, la pérdida de clientes se hace presente.
Vale, ¿pero cuánto cuesta ser uno de esos hidalgos?
Este es justamente uno de los puntos fuertes de la nube, el precio. Gracias a las economías de escala se consiguen precios muy competitivos que incluyen todas las capas que antes hemos mencionado (seguridad, electricidad, conectividad, mantenimiento…).
Además en los centros de datos profesionales hay expertos certificados, cuidando cada una de las capas, llegando a asegurar que más del 99,9% del tiempo el servicio funcionará correctamente.
Esta nueva forma de entender la tecnología es en realidad una vía para minimizar los posibles fallos en las empresas. La nube nos permite liberar tareas de los técnicos, en lugar de tenerles pendiente del mantenimiento la infraestructura, puedo pedirle que mejore mi presencia en Internet o que comience a optimizar los procesos del negocio, un cambio de rol que puede beneficiar mi cuenta de resultados, y adaptar el rol del informático a los nuevos tiempos.
Cada vez son más los hidalgos.
Las opciones de mercado
Hay miles de empresas en todo el planeta que pueden ofrecer esta clase de servicios, pero para poder entender su modelo las clasificaremos en dos categorías Globales y Nacionales.
- Globlales:
En la categoría ‘global’ situamos aquellos proveedores que permiten de forma nativa utilizar la nube desde múltiples puntos del planeta. Estamos hablando empresas como Amazon, Microsoft o Google. Estas empresas disponen de decenas de centros de datos a lo largo del globo, y su integración entre estos centros es completa, es indiferente crear sobre uno que sobre otro. Son servicios altamente flexibles pero para la implementación de los procesos de negocio se necesitan conocimientos técnicos sobre sistemas y redes. Adicionalmente suelen contar con soporte en la lengua materna de Shakespeare.
Estos proveedores globales permiten el crecimiento y decrecimiento de forma automática (se suele hablar de Cloud elástica), pero siempre estaremos ligados a una modalidad de pago por uso. Esto supone que no sabremos exactamente cuánto vamos a pagar a final de mes. Simplificando los conceptos de facturación a la mínima expresión, debemos prever cuantos datos consumiremos al mes, una tarea que resulta bastante compleja; si no somos capaces si quiera de establecer una media mensual en nuestro Smartphone, menos en un sistema al que acceden muchas más personas.
Actualmente ninguno de los 3 grandes proveedores globales dispone de infraestructura en nuestro país.
- Nacionales:
Con los proveedores nacionales, las reglas cambian. Los servicios se simplifican para llegar a clientes con menos conocimientos informáticos, o simplemente para facilitar el trabajo. Se establecen sistemas paquetizados en la nube de diferentes ‘tallas’ que facilitan el proceso de selección. Adicionalmente, la mayoría de estos servicios cubren la cuota completa, ofreciendo un precio por mes, por lo que realizar la estimación de gasto es algo inmediato.
Una de las opciones más interesantes de este mercado es Go To Cloud, la apuesta de Telefónica para llevar a las Pymes a la nube. Utilizando centros de datos localizados en Madrid y Barcelona, esta iniciativa es capaz de proveer infraestructuras y distintos servicios en la nube (todos orientados a facilitar la actividad diaria en las empresas) en ambos modelos de contratación, el paquetizado y el de pago por uso.
Cuidado con las nubes ganga
No podemos decir que todas las nubes sean seguras, sabemos que no es así. Antes de contratar el servicio a cualquier empresa debemos comprobar que siguen los estamentos del cloud, averiguando dónde estarán las instalaciones de dichos proveedores (y por tanto los servicios contratados en la nube) y quienes son los que cuidarán de los mismos.
No permitas que el núcleo de tu negocio acabe en manos de cualquiera, para ello busca referencias al igual que hacemos al buscar un hotel o restaurante.