El grafeno y la impresión 3D son dos de los avances científicos más espectaculares de los últimos años. Ambas tecnologías estaban condenadas a encontrarse. Esta investigación por fin lo ha conseguido.
Más ligero y fuerte que el acero. Extremadamente flexible y elástico. Transparente. Elevada conductividad eléctrica y térmica. No hay duda: las características del grafeno han permitido que sea considerado como «el material del futuro». Junto a él, la tecnología de la impresión 3D está consiguiendo revolucionar la forma en la que fabricamos productos de interés.
Ambos avances científicos estaban condenados a encontrarse. Y por fin, una investigación realizada en el Imperial College de Londres ha permitido cerrar el círculo. Por primera vez hemos sido capaces de producir grafeno mediante impresoras 3D.
Hasta el momento, el gran reto era saber cómo fabricar componentes tridimensionales basados en grafeno. Sus espectaculares características lo convierten en un material ideal para diversas industrias. Sin embargo, el cuello de botella de la investigación se centraba en la manufactura del propio grafeno.
El equipo de la Dra. García Tuñón decidió abordar el problema mediante una ingeniosa solución. Fabricarían distintas formulaciones de pastas, que tuvieran una composición diferente de grafeno y otros polímeros. Estas pastas podrían ser luego empleadas para producir componentes basados en grafeno mediante la impresión 3D.
Sus formulaciones cumplen con los requisitos necesarios para la superposición de filamentos en las impresoras. Como explica García Tuñón a Nanowerk, «utilizar este material bidimensional como pieza les permitió fabricar estructuras macroscópicas en 3D mediante la técnica del Robocasting«.
Aunque la idea inicial del grupo era producir estructuras de grafeno, los científicos pronto comprendieron que esta aproximación es prácticamente imposible. El grafeno es un material muy hidrofóbico, por lo que resulta tremendamente complejo que fuera usado como ‘tinta’ de las impresoras 3D, ya que ésta contiene agua.
Por este motivo, los investigadores del Imperial College decidieron fabricar componentes basados en grafeno a partir de las formulaciones de pasta. Éstas son pequeñas modificaciones químicas del material de moda, que sí pueden combinarse con agua, y por tanto, utilizarse en impresión 3D.
Su estudio ha sido ahora publicado en la revista Advanced Materials. El objetivo del equipo científico es comercializar las pastas de grafeno, que podrían ser realmente útiles en la fabricación de materiales y estructuras para robótica o en remediación de materiales contaminantes, según recogen en CNET. Con esta investigación se logra cerrar el círculo, conectando por fin dos tecnologías que prometen cambiar el futuro.
Imágenes | Imperial College