¿Está cambiando el mundo hacia un entorno digital?¿Son conscientes las empresas de este cambio? Descubrimos quiénes son lo mejores y cómo lo están haciendo.
La última edición del informe Digital Trasnformation Index de Dell Technologies, en colaboración con Intel y la compañía de estudios de mercado Vanson Bourne, encuestó a casi 5.000 directivos de medianas y grandes empresas para valorar en qué fase se encontraban en cuanto a migración hacia el entorno digital.
Aunque las grandes y medianas empresas se encuentran inmersas en una carrera tecnológica, el 78% de los encuestados afirmó que los procesos de transformación deberían extenderse de una forma mucho más generalizada en los diferentes departamentos. Además, la mitad de las empresas temen que en 5 años tendrán dificultades para satisfacer la demanda tecnológica de sus clientes; los servicios digitales evolucionan tan rápidamente que un tercio de las empresas realmente teme que su organización quede anticuada.
Los países con economías emergentes se están adaptando de una forma muy positiva a la digitalización, con India, Tailandia y Brasil como líderes mundiales. Mientras que países desarrollados como Japón, Dinamarca y Francia han sufrido una evolución menos notoria en relación al primer estudio, teniendo niveles de madurez digital más bajos.
El primer estudio de este tipo fue publicado en 2016, siendo esta su segunda edición. Si se comparan los resultados de los informes, salta a la vista que el avance digital ha sido menor del esperado. Una categoría establecida en el informe como adoptantes digitales ha avanzado enormemente en este periodo, mientras que los líderes digitales conservan un nivel de digitalización similar.
Michael Dell, CEO de Dell Techologies, afirma que en un futuro cercano las empresas deberán convertirse en organizaciones completamente digitales, pero el informe confirma que la mayoría de empresas aún tiene camino que recorrer.
Hay ciertos campos que parecen resistirse a las empresas y son los ámbitos en los que deben centrarse: seguridad y privacidad de datos, escasez de presupuesto y recursos, falta de habilidades y experiencia, regulación y cambios legislativos y cultura digital inmadura.
Algo que sí parecen tener claro es los campos tecnológicos en los que tienen previsto invertir en los próximos años: ciberseguridad, internet de las cosas (IoT), computación en la nube, inteligencia artificial y capacidad de computación.