La tecnología LED ha cambiado para siempre la iluminación. El uso de moléculas biológicas como ADN o proteínas podría mejorar la eficiencia de estos sistemas. Llegan los dispositivos BioLED.
La iluminación del futuro se apoyará en la biología para desarrollar nuevos sistemas y dispositivos. Desde bacterias como las del proyecto Biobulb a los microorganismos y las algas empleados en farolas bioluminiscentes, la tecnología se sirve de organismos vivos para mejorar la eficiencia de los sistemas de iluminación, reducir residuos o consumir menos energía. Además de los avances citados, la iluminación LED podría mejorar en el futuro gracias al empleo de moléculas biológicas como el ADN o las proteínas.
La tecnología, presentada en dos estudios independientes, ha sido denominada BioLED. En el primer trabajo, publicado en Advanced Materials, los científicos de la Universidad Erlangen-Nürnberg han colocado proteínas luminiscentes en una matriz de polímeros, fabricando así una goma luminiscente. Según recogen en Agencia SINC, el dispositivo híbrido diseñado convierte la luz azul de un LED normal en luz blanca «pura».
Gracias a estas gomas poliméricas, construidas con el uso de proteínas, podría mejorar la construcción de los sistemas de iluminación del futuro. Y es que los LED que vemos habituales están fabricados con materiales inorgánicos como el cerio y el itrio, cuya poca abundancia determina el gran coste y sensibilidad de este tipo de dispositivos. De acuerdo a los resultados, esta primera tecnología BioLED sería no solo más eficiente, sino que los materiales empleados son mucho más económicos y biodegradables, reduciendo así la huella ecológica de dichos sistemas.
Los investigadores alemanes no han sido los únicos en encontrar inspiración en moléculas biológicas fundamentales para la vida. Otro trabajo, publicado recientemente en Nature Communications, ha logrado introducir moléculas de ADN en un semiconductor orgánico clásico empleado en la tecnología OLED. Los diodos orgánicos de emisión de luz se construyen situando compuestos orgánicos sobre una capa electroluminiscente. Fue Kodak en 1987 el primer fabricante en desarrollar sistemas OLED basados en finas capas de moléculas con propiedades conductoras y luminiscentes, tales como Alq3.
Alq3 se utiliza habitualmente en los dispositivos con iluminación OLED, dado que emite en el espectro verde y azul. Para mejorar la eficiencia de esta tecnología, científicos coreanos han conseguido por primera vez insertar una doble hélice de ADN sobre esta delgada película de Alq3. La utilización de esta biomolécula permite «bloquear» la pérdida de electrones, de forma que los sistemas BioLED serían más eficientes que los dispositivos OLED convencionales.
El desarrollo inicial de la tecnología LED ha conseguido revolucionar por completo la iluminación. En la actualidad, publicaciones como estos estudios buscan utilizar moléculas biológicas como las proteínas o el ADN para aumentar la eficacia de los sistemas LED tradicionales. Con el nacimiento de los primeros BioLED, la tecnología asiste a un punto de inflexión en este tipo de dispositivos que todavía necesitarán de más años de investigación para llegar a ser una realidad comercial.
Imágenes | M. D. Weber/University of Erlangen-Nuremberg, Stuart Caie (Flickr)